"En el nombre de Cristo: El poder evangélico en Chile” es la obra más reciente de la Premio Nacional de Periodismo en 2009, María Olivia Mönckeberg. El libro aborda, desde una mirada investigativa, el poder e influencia de la Iglesia Evangélica en la política y en los medios de comunicación chilenos.
En Nada es Tan Grave, la autora de obras como “El imperio del Opus Dei en Chile” y “Karadima, el señor de los infiernos”, señaló que más allá de su interés por los temas religiosos —un aspecto que destaca en sus investigaciones—, la percepción que tiene la sociedad sobre la religión es muy relevante. “Existe la tendencia a ver que la creencia y la fe religiosa es algo aparte, que pertenece a la vida privada de las personas. Yo creo que la religión y política también están muy vinculadas, pero además tienen mucha influencia en la sociedad”.
Uno de los temas que la perisdiata desarrolla en el texto, es el aumento de la participación de las iglesias en la esfera política. Según detalló, "hay preocupación en las iglesias, pentecostales sobre todo, por la inclusión y participación en política. De hecho, están haciendo un esfuerzo por educar más políticamente a sus jóvenes y a las personas”.
Por otro lado, la presencia de estas instituciones en los medios de comunicación es cada vez mayor. Lo que según Monckeberg, responde en parte al debilitamiento de la Iglesia Católica en ciertos sectores de la sociedad. “Te empiezas a encontrar con que la frecuencia que se les otorga a las iglesias evangélicas es impresionante. Empezamos a ver un despliegue de hace unos 20 años que fue bien impresionante y notorio en la sociedad chilena, al mismo tiempo de que la Iglesia Católica retrocede”, expresó.
Sobre la presencia de las iglesias en redes sociales
Por último, la autora destacó cómo estas organizaciones religiosas han expandido su presencia en las plataformas digitales para difundir sus mensajes. “La necesidad de tener un medio de comunicación surge del interés de proclamar su verdad, de proclamar sus creencias y de ganar adeptos”, explicó.
Este fenómeno lo adjudicó a la pandemia y a la necesidad expandir su presencia más allá de la presencialidad. “Hoy tienes mensajes evangélicos en Instagram, en X y YouTube. Yo me puse a indagar y era impresionante ver ceremonias completas a través de YouTube”.