Noticias

Película de Chantal Akerman es elegida como la mejor cinta de la historia

El largometraje belga superó a películas como Vértigo (1958) de Alfred Hitchcock y  El Ciudadano Kane (1941) de Orson Welles

Akerman
Criterion Collection

La encuesta a críticos de Sight & Sound, que se realiza cada diez años, coronó a "Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles" (1975), dirigida por Chantal Akerman, como la mejor película de la historia.

Estrenada en el Festival de Cannes 1975, el largometraje se enfoca en la vida de Jeanne Dielman (Delphine Seyrig), una viuda con un hijo que durante las mañanas se ocupa de las labores domésticas y durante las tardes ejerce la prostitución.

El resto del top 10 lo componen Vértigo (1958), Ciudadano Kane (1941), Tokyo story (1953), In the mood for love (2000), 2001: Odisea del espacio (1968), Beau travail (1998), Mulholland Drive (2001), Man with a movie camera (1929) y Cantando bajo la lluvia (1951).

Los únicos títulos del último decenio en entrar en la selección fueron Get out (95°), Parasite (90°), Moonlight (60°) y Portrait of a lady on fire (30°).

La revista –que monta el ejercicio desde 1952 y cada diez años– destacó que la encuesta de este año se convirtió en la más amplia de la historia: participaron 1.639 críticos, programadores, curadores, archivistas y académicos del mundo.

"Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles"

La película sigue durante tres días la vida de una viuda bruselense (Delphine Seyrig), al tiempo que realiza las rutinarias e incluso monótonas tareas domésticas, mientras ejerce la prostitución por las tardes manteniendo relaciones sexuales con un cliente cada día, que es la forma que tiene de mantener a su hijo adolescente.

Las vidas cotidianas que llevan las mujeres se convierten aquí en materia de drama e incluso de suspenso. La crítica del New York Times, Manohla Dargis, la describe como "una inmersión pausada de 201 minutos en los espacios interiores y exteriores de una mujer".

La importancia de la cinta radica en que es, probablemente, el ejemplo más conocido de "slow cinema" y  fue acogido por académicos, críticos y feministas cuando se estrenó, en parte por su política radical y en parte por su técnica, la cual ha demostrado tener una fuerte influencia en los filmes que le siguieron.

 


Contenido patrocinado

Compartir