El actor Michael Madsen, recordado por sus papeles de tipo duro en clásicos de Quentin Tarantino como Reservoir Dogs y Kill Bill, falleció el pasado 3 de julio en su hogar de Malibú, California. Tenía 67 años. Según información confirmada por su cardiólogo a NBCLA, la causa oficial de muerte fue insuficiencia cardíaca, con enfermedad cardíaca y alcoholismo como factores que contribuyeron a su fallecimiento.
Un portavoz del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles indicó a The Post que Madsen fue declarado muerto en su residencia a las 8:25 de la mañana. Las autoridades descartaron la participación de terceros.
Luchas personales y últimas apariciones
Durante años, la batalla de Madsen contra el alcoholismo fue un tema conocido. Fuentes cercanas aseguraron a TMZ que, antes de su muerte, el actor mantenía un "esfuerzo constante y valiente" por mantenerse sobrio.
Sin embargo, un amigo relató a The Sun que el actor atravesaba momentos difíciles. "Me llamó y me dijo: 'Me van a desalojar de mi casa', y me pidió US$10.000 para ayudarle", aseguró, añadiendo que Madsen le confesó que estaba "en mal estado".

Michael Madsen: "un poeta disfrazado de forajido"
La noticia generó una ola de reacciones en Hollywood. Su hermana, la también actriz Virginia Madsen, lo despidió con emotivas palabras: "Perdí a mi hermano Michael. Era trueno y terciopelo. Travesura envuelta en ternura. Un poeta disfrazado de forajido. Un padre, un hijo, un hermano — grabado en contradicción, templado por un amor que dejó huella".
Su compañero en Reservoir Dogs, Harvey Keitel, también le dedicó un mensaje. "Hemos perdido a otro gran poeta estadounidense. Adiós, querido amigo”, expresó a The Post. "Dale un abrazo a Chris de mi parte", añadió, en referencia a Chris Penn, otro miembro del elenco fallecido en 2006.
Madsen alcanzó gran notoriedad por sus papeles de tipo duro, especialmente en las películas de Quentin Tarantino, donde interpretó al inolvidable Mr. Blonde en Reservoir Dogs y participó en la saga Kill Bill, The Hateful Eight y Once Upon a Time in… Hollywood.
A pesar de sus dificultades, el actor se mantenía activo y preparaba el lanzamiento de varias películas independientes y un nuevo libro de poemas titulado Tears For My Father: Outlaw Thoughts and Poems. Su partida fue sentida por colegas como Vivica A. Fox y Stephen Baldwin, quienes lo recordaron como un "verdadero original" y un hombre con una "presencia en pantalla increíble".