Después de más de dos décadas de silencio discográfico, Pulp nos trae More, su primer álbum de estudio en 24 años. La banda liderada por Jarvis Cocker lanza este nuevo trabajo en medio de una gira por Reino Unido y especiales de la BBC que celebran su esperado regreso.
El último disco de Pulp, We Love Life, se lanzó en 2001, y desde entonces solo habían editado el sencillo After You en 2013. Por eso, More representa mucho más que un simple regreso: es una reafirmación creativa y emocional, marcada también por la pérdida del bajista Steve Mackey en 2023. "Su muerte nos hizo pensar en lo que queremos hacer con nuestra vida. Fue un impulso para crear", compartió Cocker a NME.
Jarvis Cocker, el vocalista y único miembro constante de Pulp a lo largo de sus más de cuatro décadas de trayectoria, tenía 32 años cuando lanzó Mis-Shapes, uno de los varios singles del mítico Different Class (1995). La canción le habla a aquellos que, en sus pueblos pequeños y hogares conservadores, se sienten cómo bichos raros. Si Pulp eran bichos raros en 1995, hoy son raros por su excepcionalidad con su último álbum More.
Excepcional en el sentido más literal de la palabra. Jo Whiley de la radio BBC 2 dijo antes de un especial en vivo en los estudios de la cadena británica: "Algunas bandas tienen las canciones. Algunas bandas tienen el estilo. Algunas bandas tienen el líder. Muy pocas de ellas lo tienen todo".
Pulp cómodo en su adultez
Creado en tan solo tres semanas, Pulp se muestra cómo una banda con un hambre voraz en More. Spike Island, el primer single, es básicamente una transcripción de su historia. Una clásica narrativa: cuando finalmente logran el éxito con sus discos His 'n' Hers y Different Class, empiezan a precipitarse al borde del acantilado y encajar con los estereotipos de las estrellas de rock con su álbum melodramático y censurable This Is Hardcore (1998). Sin embargo, lograron salvarse en el último segundo, tomando un descanso para "volver al Jardín de las delicias". La letra referencia tanto a su álbum hippie naturalista We Love Life, como a la pintura de El Bosco, la cual retrata el caos y placer de la vida terrenal; un regreso al estrellato.
La banda se reconcilió con su madurez desde su último disco We Love Life. Con 38 años, Cocker escribía con una sabiduría que no encajaba con su edad, pero que hoy, con 61, se siente como algo más genuino. Si antes hablaba de lo que pasaba cuando finalmente se termina la fiesta, hoy escribe sobre aquellos encuentros mundanos en mercados y calles en canciones como Tina y Farmers Market.
Pulp, 2025. Crédito: Tom Jackson
Cuando Jarvis Cocker canta en su icónico monólogo en Grown Ups: "Y se que todo se trata sobre el viaje / No el destino final / Pero qué pasa cuando te mareas / Antes de haber salido de la estación?", apunta a este mismo desencaje entre cuerpo y mente. Lo que pasa cuando la mente no está lista para seguir al cuerpo en este proceso de envejecimiento, o mejor dicho maduración, cómo Cocker aclara en la misma canción.
No voy a pretender y decir que la banda está reinventando la rueda. Slow Jam, con su sensualidad lánguida, suena cómo una canción salida de This Is Hardcore. Got To Have Love copia el deletreo de F.E.L.L.I.N.G C.A.L.L.E.D L.O.V.E. Pero, quizás lo clave es que cuando Jarvis Cocker deletreaba, lo hacía con temor a la palabra, mientras que ahora lo hace atacando ese miedo directamente, cómo una flecha hecha para destruir sus inseguridades pasadas: "¿Sabes si quiera cómo deletrearlo? Bueno, yo lo deletrearé por ti".
Nuevos y viejos colaboradores
More tiene muchas similitudes con los discos de The Last Shadow Puppets, mega banda con la que comparten productor, James Ford. Las canciones son dramáticas y vertiginosas. La sección de cuerdas es amplia y generosa, tomando un rol principal a la par con la guitarra y la batería, particularmente con la canción The Hymn of the North, canción en la que Pulp involucraron a Chilly Gonzales, frecuente colaborador de Jarvis Cocker en su proyecto solista Jarv Is.
La última canción A Sunset es una elegante conclusión al disco. Apropiadamente un atardecer literal, pero figurativo al mismo tiempo. La canción es una colaboración con el músico Richard Hawley, quien le otorga una sutileza y cariño propio de su estilo, y que es difícil encontrar con tal sinceridad en las canciones de Pulp. Un atardecer es un fin, pero también la promesa que el sol va a salir para caer nuevamente. ¿Será este el último disco de Pulp, o su inicio en un nuevo ciclo? Quizás estoy siendo codiciosa al hacerme esta pregunta.
Con las barbas, los anteojos y las arrugas, estos iconos del Britpop ya no son tan reconocibles en el público, pero sus canciones mejoran por esto mismo. Himnos como Babies, Common People y Disco 2000 son excelentes porque reflejan la realidad cotidiana. La gente se relaciona con esas historias de infidelidad, pasión y descontento. Pulp es incapaz de observar lo cotidiano cuando son agredidos por el espejo vanidoso de la fama.
"Cuando haces un disco, estás expresando algo personal", explicó Cocker en entrevista con NME. "Eso se siente bien, pero luego se convierte en algo que la gente puede incorporar a su vida. Y eso es aún mejor".
El primer trabajo de Pulp sin Steve Mackey
Este es el primer álbum sin el bajista histórico de la banda, Steve Mackey, quien falleció hace dos años. La portada refleja su ausencia. A la distancia, se ven los recortes de los miembros de Pulp, aludiendo a su álbum más conocido, Different Class, pero sin el recorte de Steve Mackey. Él ya no está con esa banda joven, sino en la naturaleza que los rodea.
Uno puede ver la formación actual de Pulp y otorgarles una estrellita extra por varias razones. Su baterista, Nick Banks, dijo en su propia autobiografía que su ritmo va y viene. La tecladista, Candida Doyle, sufre de tendinitis severa. Su líder, Jarvis Cocker, perdió su sex-appeal de los 90. Pero este álbum tiene mérito en sí mismo al ser el primero en ser lanzado hace más de 24 años. Sin embargo, ellos no se merecen esa estrellita extra, porque sería mirar en menos la calidad de las canciones de More; un álbum sólido y divertido en una época donde Pulp siempre ha sabido responder a las necesidades de su público, en lo político cómo en lo pop.
No queremos un baterista preciso, una tecladista diferente o un Jarvis con sex appeal. Queremos a esos bichos raros; queremos More Pulp.