El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que busca imponer un arancel del 100% a las películas producidas fuera de EE. UU. Según sus declaraciones, la medida busca frenar la "muerte acelerada" de la industria cinematográfica nacional y contrarrestar lo que califica como un "esfuerzo concertado" de otros países para atraer producciones mediante incentivos económicos, lo cual, afirmó, constituye una amenaza a la seguridad nacional.
"¡Queremos películas hechas en Estados Unidos, otra vez!", escribió Trump en su red social Truth Social, en una línea que recuerda su eslogan de campaña "Make America Great Again". A pesar del anuncio, aún no se han dado a conocer detalles sobre cómo se aplicaría este arancel, si afectaría también a las plataformas de streaming o si incluiría producciones estadounidenses realizadas en el extranjero.
La industria cinematográfica en alerta
La propuesta ha encendido alarmas en la industria cinematográfica global. El sindicato británico Bectu advirtió que los aranceles podrían ser un "golpe de gracia" para decenas de miles de trabajadores del sector, mientras que países como Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda han expresado su preocupación y compromiso con la defensa de sus industrias audiovisuales.
Expertos del sector señalan que gran parte de la producción actual —incluyendo éxitos como Gladiator II y Deadpool y Wolverine— se filmaron fuera de EE. UU. debido a los menores costos y a la calidad técnica ofrecida por otros países. Además, algunos analistas advierten que medidas proteccionistas como estas podrían generar represalias, perjudicando la distribución internacional del cine estadounidense.
Por ahora, la Casa Blanca indicó que no se ha tomado una decisión definitiva. Sin embargo, se están explorando todas las opciones para cumplir con la directiva de Trump. La Asociación Cinematográfica, por su parte, aún no ha emitido comentarios.
