
El martes 29 de abril de 2025, el Movistar Arena de Santiago se transformó en una máquina del tiempo que transportó al público directamente a la década de los 80, gracias al electrizante regreso de Simple Minds a Chile tras 30 años de ausencia.
En el marco de su "Global Tour 2025", la banda escocesa ofreció un espectáculo vibrante, lleno de energía y nostalgia, que dejó a los asistentes en pie durante casi todo el concierto, a pesar de que la cancha contaba con asientos.
La noche comenzó con la presentación de Upa+, la icónica banda chilena que, con más de 40 años de trayectoria, fue la encargada de abrir el show. Con su sonido inspirado en la new wave inglesa y éxitos como "Sueldos" y "Ella llora", Upa+ calentó el ambiente y preparó al público para lo que sería una velada inolvidable.
Desde los primeros acordes de "Waterfront", Simple Minds demostró por qué sigue siendo una de las bandas más influyentes del Reino Unido. Jim Kerr, con su carisma y presencia escénica, se mostró como un frontman excepcional, conectando con el público chileno y guiando al grupo a través de un repertorio que abarcó toda su carrera.
Una banda excepcional
El setlist incluyó clásicos como "She's a River", "See the Light", "Ghost Dancing", "Once Upon a Time", "All the Things She Said", "Sanctify Yourself" y, por supuesto, los infaltables "Don't You (Forget About Me)" y "Alive and Kicking". Cada canción fue recibida con entusiasmo por una audiencia que no dejó de corear y bailar. Curiosamente, el show no contó con "Let There Be Love", uno de sus temas más conocidos.
Una mención especial merece la baterista Cherisse Osei, cuya energía y precisión aportaron una fuerza renovada al sonido de la banda. También hay que darle crédito a Sarah Brown, la talentosa vocalista que brilló en los solos que tuvo durante las canciones.
El concierto no solo fue un repaso por los grandes éxitos de Simple Minds, sino también una celebración de su legado y evolución musical. Con más de 60 millones de discos vendidos y una carrera que abarca más de cuatro décadas, la banda ha sabido reinventarse sin perder su esencia, ofreciendo un espectáculo que combinó la nostalgia ochentera con una ejecución moderna y poderosa.
En resumen, el regreso de Simple Minds a Santiago fue una experiencia inolvidable, que reafirmó su estatus como una de las grandes bandas del rock británico y dejó a sus fanáticos chilenos esperando con ansias una próxima visita.