El doctor Sergio Alfieri, médico del hospital Gemelli de Roma y coordinador del equipo que atendía al Papa Francisco, relató con detalle los últimos instantes de vida del pontífice argentino, fallecido el pasado 21 de abril a las 7:35 horas en su residencia de Casa Santa Marta.
Francisco, el primer latinoamericano en alcanzar el Papado, estuvo internado en el hospital durante cinco semanas en febrero. Sin embargo, su partida fue una sorpresa para muchos, incluyendo a Alfieri.
"Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba", relató Alfieri a medios italianos. En ese momento, entendió que la situación era irreversible. "No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta que no podía hacer nada más. Estaba en coma", expresó.
Según explicó el médico, la decisión de no trasladarlo nuevamente al hospital fue respetar el deseo expreso de Jorge Mario Bergoglio de "morir en casa". La opción de aplicar medidas intensivas tampoco fue considerada.
Quería morir en casa
En caso de pérdida de conciencia, el protocolo era claro. El asistente sanitario personal del Papa, Massimiliano Strappetti, quien "era como un hijo para el Santo Padre", tenía instrucciones de no permitir "ningún ensañamiento terapéutico".
"Durante su última hospitalización pidió expresamente que no se procediera en ningún caso a la intubación", indicó el médico. "Le habría ayudado a respirar, pero habría sido difícil volver atrás y extubarle, con los pulmones infectados de virus".
Alfieri también recordó que fue alertado el lunes previo al fallecimiento. "El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: ‘El Santo Padre está muy enfermo, tenemos que volver al Gemelli’. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso", añade.
Sin embargo, la evaluación fue clara. "Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después".
La causa oficial del fallecimiento, según el parte firmado por el director de Sanidad del Vaticano, Andrea Arcangeli, fue un ictus cerebral que derivó en un coma profundo y posterior paro cardiocirculatorio.