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ABBA: Waterloo honrará al cuarteto por elevar la ciudad a "himno no oficial" de Eurovisión

El museo de Waterloo albergará, a partir de octubre de 2023, una exposición con anécdotas históricas de ABBA, coincidiendo con el 50 aniversario de la creación del grupo.

ABBA

El museo memorial de la batalla de Waterloo, que conmemora el final del Imperio de Napoleón, homenajeará al grupo ABBA por haberle dado una segunda vida a esta ciudad belga y haberla elevado a la categoría de "himno no oficial de Eurovisión", al usar su nombre para titular la canción con la que el cuarteto sueco saltó a la fama en el festival de 1974.

"El presentador belga de Eurovisión me dijo que cada año, justo antes de que empiece el concurso y la televisión conecte, siempre ponen la canción Waterloo y todo el público la canta", aseguró en una entrevista con la agencia Efe la jefa de difusión del museo, Marine Cailliau, que asume temporalmente las tareas en gestión cultural.

E insistió: "No podemos saber si, sin Eurovisión, ABBA sería lo que es hoy en día. Pero está claro que Eurovisión tampoco sería lo mismo sin ABBA. Waterloo es una canción mística para Eurovisión. Tal vez porque todo el mundo se sorprendió, al ver un grupo raro, vestido de forma rara, con una canción pegadiza", sentencia.

ABBA, Eurovisión y Waterloo

Para conocer más de cerca la relación entre ABBA, Eurovisión y Waterloo, el museo de la batalla que en 1815 llevó a la rendición del emperador francés Napoleón albergará, a partir de octubre de 2023, una exposición que no solo contará con anécdotas históricas de ABBA, sino también con vestidos suyos y mucha música, coincidiendo con el 50 aniversario de la creación del grupo.

"Queremos que cuando la gente se marche de la muestra se vayan contagiados por la atmósfera de los años 70 y con las canciones de ABBA en su mente", comenta Cailliau sobre este proyecto, que ahora mismo está a la búsqueda de patrocinadores.

Para llevarlo a cabo, el memorial de Waterloo cuenta con la ayuda del biógrafo oficial de ABBA en los países francófonos, Jean-Marie Potiez, que aceptó el encargo de ser el comisario de una exposición que, según él mismo aseguró en declaraciones a Efe, pretende atraer a un público de "entre siete y 77 años".

Para el comisario de la muestra, el grupo logró el éxito gracias a su carácter ambicioso, ya que, según explica, desde los inicios, los cuatro miembros estaban decididos a "conquistar el mundo con sus letras", y vieron en Eurovisión la oportunidad perfecta para darse a conocer más allá de Suecia, su país natal.

Todo empezó con Waterloo

Tras ganar en el festival de 1974 con Waterloo, Potiez estima que ABBA vendió entre siete y ocho millones de copias del disco; además de llegar a ser número uno en el Reino Unido y número seis en Estados Unidos, según la revista musical Billboard.

Sin embargo, el título de la canción podría haber sido muy distinto, dado que, en un primer momento, la idea era llamarla Honey Pie (Pastel de Miel, en español), pero, según explica, el asesor del grupo les sugirió el nombre de Waterloo.

"Lo encontró ojeando en una enciclopedia. Buscaba un título corto y comprensible en distintos idiomas. Y dio con Waterloo. Lo propuso a la banda y ellos empezaron a escribir una historia de amor, donde una mujer dice que su romance termina como la derrota de Napoleón en Waterloo", esgrime el comisario Potiez.

Pero después de Waterloo, no todo fue un camino de rosas, ya que, según comenta este biógrafo de ABBA, el grupo tuvo que "trabajar muy duro para demostrar que podían hacer más de un éxito" en un sector donde, lamenta, la música internacional está "dominada por bandas británicas y estadounidenses".

Al final, 50 años después de que dos parejas de amigos unidos por la música fundaran ABBA en Estocolmo, las letras de los cuatro siguen sonando hoy en día en la radio y la televisión; porque "la magia" de sus melodías, dice Potiez, está en el hecho de que parecen "atemporales", y que la gente sigue queriendo bailarlas y cantarlas como si fuera el primer día.


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