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JC Rodríguez revela enojo de su polola por regalar lencería a una amiga

"No falta el imbécil que dice ¡Qué lo abra! y ahí me empezó a latir el corazón, ahí dimensioné", contó Julio César Rodríguez.

Tras hablar sobre los estilos temáticos de ropa interior, en el matinal 'Contigo en la Mañana' su conductor, Julio César Rodríguez, comentó una chistosa, pero terrible en su momento, anécdota. 

"Iba a un cumpleaños y me iba a ir del aeropuerto al cumpleaños y no llevaba regalo. Pasé y compré lencería que ya estaba la cajita lista, pasé por fuera y en mi psicología estúpida, porque de verdad mal, dije: ‘voy a regalar chocolates’, porque hay hartos regalos. Como venía atrasado, para variar, estaba la caja armada, era un rectángulo hermoso de lencería. Era tomar, pagarlo e ir, y era una cosa cara”, comenzó contando Rodríguez.

“Llego (al cumpleaños), no voy a contar que polola, hago el regalo, y no falta el imbécil que dice ¡Qué lo abra! (…) y ahí me empezó a latir el corazón, ahí dimensioné y con mi polola al lado, yo dije ‘tranquilo, disfrutemos’", agregó.

Siguiendo con su historia, Rodríguez señaló que su amiga "lo abrió, como no había onda, ingenuamente pensó que eran chocolates o algo así. Y los otros ‘¡Que lo abra!’ para que reparta. Abre y, ni siquiera lo había visto, era un set de babydoll con liga”, desatando la risa del equipo del matinal.

Su compañera, Monserrat Álvarez, le preguntó que cómo pudo salir de esa incómoda situación, a lo que Julio César Rodríguez relató que le fue imposible: “El caracho de mi polola, el GOPE es poco, y yo inocente po’ Monse”.

Julio César señaló que su pareja de aquel entonces (que el conductor afirmó es actriz) no le agradó el regalo: "Enojado conmigo. Mi polola, no enojada, en un estado superior, le salía por la nariz fuego. El pololo de ella (la amiga), que también era mi amigo… cómo le explicas eso al pololo de ella. Y la misma amiga que no entendía por qué le había regalado esa cuestión. El peor cumpleaños de mi vida”, confesó.

“Mi amiga me quería perdonar, pero no podía hacer un gesto porque se podía enojar el pololo y con mi polola también. Yo sentía que ella me quería perdonar, su mirada era un ‘te perdono, te disculpo’, pero no le podía hablar porque cualquier cosa era tienen ondita o tienen algo por la espalda, era una situación que no se la doy a nadie”, concluyó Julio César Rodríguez.


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