En su nuevo libro, el periodista Javier Rebolledo revela las historias de tres jóvenes militantes comunistas infiltrados en la PDI.
En El costo del silencio se narra cómo estos veinteañeros, obedeciendo órdenes de su partido, decidieron integrarse a esta policía durante la Unidad Popular. ¿La misión? Hacer carrera y, años después, tener personeros en puestos de poder. Eso sí, debieron renunciar a la tienda.
“Eran cabros que eran comunistas-comunistas”, explicó Rebolledo, quien destacó que entre las integraciones, “una de las que más dio resultados fue la Policía de Investigaciones”.
Sin embargo, llegaría el golpe de Estado, lo que le pondría una dosis de alto riesgo al objetivo. “Quedan descolgados de alguna manera”, aunque había que hacer frente a este nuevo escenario.
Así, lograron “sacar y meter gente del país, conseguir documentación para dar identidades falsas, poner a gente en puestos estratégicos, en policía internacional por ejemplo”. Pero no todo fue ayuda a sus excamaradas, ya que “estos detectives fueron parte de esas prácticas (torturas o golpizas)”.
Conoce más detalles en conversación con #SeráOtroDía.
Ramón Pozo.
