En el marco de la Reforma Tributaria de 2014, el gobierno de Michelle Bachelet acordó analizar la posibilidad de poner un impuesto adicional a los alimentos con etiqueta negra. El estudio ya es un hecho y muestra la factibilidad de gravar los productos con $1,9 pesos más por cada gramo de azúcar, $31 por cada gramo de grasa y $23 en el caso de sodio.
El economista de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, explicó que la implementación de esta propuesta traería beneficios para todos porque “la tasa de obesidad en Chile es alta y eso genera efectos en el sistema de salud pública que lo pagamos entre todos a través de los impuestos”.
En esa misma línea agregó que más allá de reducir enfermedades, la medida impactaría en la “recaudación de 400 millones de dólares y reduciría los gastos en salud pública en 60 millones más”.