Morrissey, más que fanaticada, tiene un culto.
Más que un músico que lanza discos, es un guía espiritual que nos despierta cada cierto tiempo.
Si hay shows que son liturgias, son los suyos.
Imposible olvidarlo vestido de cura en el Festival SUE 2004.
Cómo no rememorar la lluvia de flores en su debut en el Estadio Chile hace quince años.
Su paso por el Festival de Viña 2012
fue una epifanía pop televisada.
La cancelación de su gira nacional fue como una pérdida familiar.
Este 11 y 14 de noviembre, tenemos una nueva peregrinación.
Y en Concierto, celebramos su evangelio de grandes canciones.
Fotos: Carlos Müller / : muller_foto / : carlos_muller / : https://www.facebook.com/carlosmullerfotografo