Volver al universo de "Avatar" no es cosa menor, y Sam Worthington lo sabe bien. A sus 49 años, el actor australiano sorprendió al revelar el nivel de preparación física extrema que asumió para retomar su papel en la saga de James Cameron, demostrando que la edad no fue un límite para enfrentar uno de los desafíos más exigentes de su carrera.
En un reciente conversación, Worthington detalló una rutina que roza lo sobrehumano.“Entrenaba cinco o seis horas al día”, confesó. Su jornada comenzaba temprano: dos horas de entrenamiento, comida, descanso, y luego otra sesión intensa con pesas, seguida nuevamente de alimentación y sueño. “Al final del día, era un tanque”, resumió.
Más que músculo: entrenamiento funcional
Eso sí, el objetivo no era solo verse fuerte. Para "Avatar: El Camino del Agua", el actor debió adaptarse a las exigencias físicas del mundo de Pandora, lo que incluyó entrenamiento subacuático, control avanzado de la respiración y trabajo corporal enfocado en acrobacias y resistencia.
Worthington explicó que su preparación apuntó a la funcionalidad del cuerpo, priorizando rendimiento, movilidad y aguante por sobre la estética. Un enfoque clave para soportar largas jornadas de rodaje bajo el agua y escenas de alta complejidad física.
Alimentación sin extremos
A diferencia de otras transformaciones de Hollywood, el actor evitó dietas restrictivas. Su estrategia fue simple pero efectiva: comer lo suficiente para rendir. Su alimentación fue alta en proteínas, para favorecer la recuperación muscular, acompañada de carbohidratos que funcionaran como combustible para entrenamientos prolongados.
Además, Worthington destacó que ha mantenido un estilo de vida sobrio y disciplinado por más de 15 años, algo que considera fundamental para sostener su nivel físico a largo plazo.
Una rutina exigente
Entre los ejercicios que formaron parte de su preparación se encuentran sentadillas con barra, press de banca inclinado con mancuernas, remo sentado, fondos de tríceps, curls martillo, abdominales, giros rusos y elevaciones de rodillas colgado, todos realizados en series de alta repetición para fortalecer resistencia y control corporal.
Disciplina antes que apariencia
La transformación de Sam Worthington deja claro que, más allá del físico, la clave estuvo en la constancia, la disciplina y un enfoque inteligente del entrenamiento, adaptado a las necesidades reales del personaje.
Una muestra más de que el regreso a Pandora no solo es tecnología y efectos visuales, sino también cuerpo, esfuerzo y compromiso total.
