A 24 años del estreno de Gladiador, Russell Crowe volvió a expresar su desacuerdo con la secuela dirigida por Ridley Scott.
El actor, que alcanzó fama mundial interpretando a Maximus, se refirió al nuevo filme como un proyecto que se aleja del espíritu de la obra original.
"No entendieron qué hizo especial a Gladiador"
Crowe recordó las tensiones creativas que enfrentó durante la primera película. En conversación con Triple J, explicó que su principal batalla consistió en proteger la esencia del personaje.
"El asunto es que diariamente había que pelear para mantener el núcleo moral del personaje", dijo. "Hubo numerosas ocasiones en las que se sugirieron escenas de sexo y cosas así para Maximus. Y yo pensaba: 'Le estás quitando poder. ¿Me dices que al mismo tiempo que sentía esa relación con su esposa estaba acostándose con otra mujer? ¿De qué estás hablando? Es una locura'".
Para Crowe, la fuerza dramática de la historia nace del compromiso emocional de Maximus con su esposa e hijo asesinados. Ese duelo guiaba todas sus decisiones y su viaje hacia la venganza.
Por eso reaccionó con desconcierto frente a Gladiador 2, que introduce un giro clave: la revelación de que Maximus tuvo un romance con Lucilla (Connie Nielsen) y que de esa relación nació Lucius, interpretado ahora por Paul Mescal.
"Creo que la reciente secuela que, ya saben, no hace falta nombrar, es un claro ejemplo de que ni siquiera la gente que la desarrolló comprendió qué hizo especial a la primera. No era el boato. No era la acción. Era el núcleo moral", sentenció.
Sin consulta y con distancia del proyecto
Crowe también reveló que nadie del equipo creativo se acercó para pedirle opinión o consejo durante el desarrollo de la secuela.
"Si lo hubieran hecho, quizá habría protestado contra la idea de presentar a Lucius como hijo de Maximus", comentó.
El actor recordó que su personaje murió al final de la película original, por lo que no esperaba una participación ni cameo.
Sin embargo, reconoce que el interés mediático por su postura se mantiene vigente: "Deberían estarme pagando por la cantidad de preguntas que respondo sobre una película en la que ni siquiera participo. No tiene nada que ver conmigo. En esa historia, estoy muerto y enterrado seis pies bajo tierra".
Crowe incluso asumió con humor que siente un pequeño dejo de nostalgia al volver a hablar del éxito que definió una etapa crucial de su carrera: "Sí reconozco un cierto tinte de celos, porque me recuerda a cuando era más joven y lo que significó todo esto para mí en aquel momento".
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