La historia poco conocida de “Touch Me”, el hit The Doors que desafió al rock

El 28 de diciembre de 1968 marcó un hito para la música rock, The Doors lanzó “Touch Me”. Primer sencillo de su cuarto álbum de estudio The Soft Parade. Y uno de los temas más recordados de la banda estadounidense liderada por Jim Morrison.

A 57 años de ese lanzamiento, la canción sigue siendo un referente del rock clásico por su innovadora fusión de géneros, su éxito en las listas y su historia detrás de escena.

Compuesta por Robby Krieger, guitarrista de la banda, “Touch Me” fue grabada en noviembre de 1968 y publicada en diciembre de ese año bajo el sello Elektra Records.

La pista se distingue por su inusual inclusión de instrumentos de cuerda y secciones de bronce, junto con un solo de saxofón de Curtis Amy. Una mezcla que rompió con el sonido más crudo de los discos anteriores de The Doors.

Originalmente, Krieger había titulado la canción como “Hit Me”, con una línea de apertura que decía “C’mon, hit me…”. Pero Morrison cambió tanto la frase como el título por preocupación de que el público interpretara el mensaje de manera literal y violenta durante los shows en vivo.

"Touch Me": un éxito arrollador de The Doors

Desde su lanzamiento, “Touch Me” fue un éxito comercial. Alcanzó el número 3 en el Billboard Hot 100 y llegó al top 1 en el Cashbox Top 100 a principios de 1969. Además de liderar la lista canadiense RPM y posicionarse en las principales paradas de Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Pese a su éxito, el álbum The Soft Parade, donde se incluye el tema, tuvo una recepción mixta entre críticos y fanáticos tradicionales de The Doors. Algunos de los cuales consideraron que la orquestación alejaba a la banda de sus raíces psicodélicas y más oscuras.

Sin embargo, con el paso del tiempo el tema ha sido revalorado por su audacia musical y su mezcla de rock, soul y jazz que no era común en los sencillos de rock de la época.

En plataformas de streaming y redes de música clásica contemporánea, “Touch Me” continúa siendo un tema recurrente en playlists de rock clásico y compilaciones. Evidenciando su perdurable influencia en la cultura popular y musical. Consolidando a The Doors como una de las bandas más innovadoras de los años sesenta.