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La estrategia detrás de Frankenstein de Guillermo Del Toro: “No quería que pareciera un monstruo”, dice Mike Hill

El cambio de Jacob Elordi destaca en Frankenstein gracias al diseño anatómico y las prótesis realistas creadas por Mike Hill.

Frankenstein

Cuando Guillermo del Toro le dijo a Mike Hill, su artista conceptual y diseñador de prótesis de confianza, que su ambición era filmar "Frankenstein", Hill no entendió el encargo como un catálogo de cicatrices y suturas grotescas. Lo interpretó como un reto para devolver humanidad al mito.

En lugar de “reparar un accidente”, Hill diseñó una criatura que explícitamente pareciera armada. Con piezas geométricas y un ensamblaje mecánico que delata la intervención humana y la intención del creador.

El proceso fue una hazaña técnica y de paciencia. Jacob Elordi, encargado de encarnar a "Frankenstein", se sometió diariamente a sesiones que superaban las diez horas.

La aplicación completa implicó 42 piezas protésicas, 14 sólo en cabeza y cuello, y la coordinación de un equipo de maquillaje y vestuario para que cada costura y unión respetara la estética anatómica decimonónica que Hill perseguía.

El resultado de la criatura

Una piel que parece salida de un libro de anatomía del siglo XIX, con cortes “equivocados” y reparaciones deliberadas que subrayan el carácter artificial del ser.

Hill apostó por una criatura que no fuera un “monstruo” en sentido burdo, sino una figura que muestre el trazo del hombre. Errores mecánicos, geometrías frías y una paleta que dialoga con esculturas y estatuaria, según consignó Hollywood Reporter.

Esa elección estética permitió a Elordi construir una actuación interiorizada, monástica, según sus propias palabras, que ganó elogios en festivales y público.

La transformación no fue sólo maquillaje

Fue narrativa. Cada prótesis y cada mechón de cabello (una mezcla de castaño, negro y un mechón rubio-canoso) hablan del aprendizaje de la criatura sobre la “horrible” condición humana y su evolución desde una figura ensamblada hasta una presencia que recuerda, a la vez, a las viejas viñetas anatómicas y a las estatuas renacentistas.


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