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La clonación de mascotas se vuelve popular entre celebridades, pero especialistas advierten importantes riesgos y limitaciones

El concepto de “prolongar” la presencia de un animal querido parece atractiva, pero el procedimiento no lo es

Clonación De Mascotas
Getty Images

En los últimos años, la posibilidad de clonar animales domésticos ha pasado de ser un concepto propio de la ciencia ficción a convertirse en un servicio real al que acuden cada vez más personas.

Celebridades como Tom Brady o Barbra Streisand ya han optado por reproducir genéticamente a sus mascotas, impulsando una tendencia que genera tanto curiosidad como controversia.

La idea de “prolongar” la presencia de un animal querido parece atractiva para muchos, pero el procedimiento está lejos de ser tan ideal como suena.

Las implicancias de la clonación de mascotas

Los expertos en biotecnología señalan que, aunque la técnica de transferencia nuclear permite clonar diversas especies, entre ellas perros, gatos y caballos, su eficacia es limitada. Actualmente, la tasa de éxito ronda solo el 16%, lo que implica que la mayoría de los intentos no prosperan. Y aun cuando el proceso funciona, el resultado no equivale a recrear exactamente al animal perdido.

Los clones comparten el mismo ADN del ejemplar original, pero eso no garantiza similitudes en su comportamiento ni en su temperamento. Factores como el entorno, el manejo, el aprendizaje y la expresión de ciertos genes influyen en la personalidad del nuevo animal, lo que hace prácticamente imposible replicar la conexión emocional construida con la mascota fallecida. Incluso su apariencia puede variar ligeramente debido a condiciones externas durante la gestación o el desarrollo.

Los riesgos del procedimiento

La clonación también conlleva riesgos biológicos. Los animales clonados pueden presentar mayor predisposición a enfermedades, malformaciones o problemas de envejecimiento prematuro. A estas complicaciones se suman los elevados costos del procedimiento: superar los US$50.000 es habitual, sin considerar gastos adicionales como la preservación de tejidos o los cuidados posteriores.

En algunos países, como Reino Unido, el servicio está restringido y no puede ofrecerse de forma comercial. Los interesados deben enviar muestras al extranjero, lo que añade otra capa de complejidad ética y legal.

Aunque la tecnología podría ser útil en proyectos de conservación de especies en peligro de extinción, muchos especialistas recomiendan evitar su uso con fines meramente domésticos. Para ellos, ningún clon puede sustituir la historia, las vivencias ni el vínculo emocional único que se forma con una mascota real. El mejor homenaje, sostienen, sigue siendo darles una vida plena mientras están a nuestro lado.


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