Hayley Williams, icónica líder de Paramore, volvió a dejar clara su postura frente a la discriminación en los espacios que ocupa y construye con su música.
En una reciente entrevista con la revista Clash, la cantante profundizó en una decisión que considera intransable: garantizar que cada show de la banda sea un entorno seguro, inclusivo y libre de racismo, misoginia y transfobia.
Las declaraciones de Hayley Williams
Williams explicó que su compromiso no es una reacción pasajera, sino un principio que atraviesa tanto su vida personal como su obra artística. Según detalló, gran parte del espíritu de su música reciente, incluyendo la canción "Ego Death At A Bachelorette Party", surge de una reflexión sobre la feminidad, las expectativas de la industria musical y el peso político de reivindicar identidades marginadas. Para ella, crear espacios seguros no es un gesto simbólico, sino una extensión natural de su discurso.
Durante la conversación, la artista abordó directamente su relación con las comunidades afectadas por discursos de odio. “Siempre me he sentido agradecida de que nuestra banda pueda formar parte de esta conversación”, afirmó, refiriéndose al apoyo a la comunidad negra y a las disidencias sexuales y de género. Su objetivo, insistió, es que cada persona que asista a un concierto de Paramore se sienta bienvenida, respetada y parte de una experiencia colectiva positiva.
Sin embargo, Williams también fue categórica al definir los límites: quienes sostienen ideologías racistas, sexistas o transfóbicas no tienen cabida en sus presentaciones. “Todos son bienvenidos… siempre que crean que todos son bienvenidos”, sentenció con humor, pero sin dejar margen de duda. Su mensaje es claro: la inclusión no es negociable y la música no debe ser refugio para el odio.
Un mensaje constante
No es la primera vez que la cantante se expresa con firmeza frente a estas problemáticas. A lo largo de su carrera, ha denunciado el sexismo en la escena musical y los ataques recibidos por desafiar roles de género. En 2022 reconoció que evitaba tocar guitarra en vivo debido a comentarios machistas, y en 2023 enfrentó la misoginia digital tras postergar conciertos por motivos de salud.
Hoy, Williams transforma esa historia de violencia simbólica en acción concreta. Una donde usa su plataforma para marcar un estándar distinto: conciertos donde la pasión y la empatía sean protagonistas. Especialmente, donde el respeto no sea una sugerencia, sino una regla.
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