La ciudad de Manchester rindió un emotivo homenaje a Gary “Mani” Mounfield, histórico bajista de The Stone Roses y Primal Scream, en un funeral que reunió a figuras clave de la música británica, el fútbol y cientos de fanáticos que salieron a despedir a uno de sus íconos culturales.
Mani falleció el pasado 20 de noviembre, a los 63 años, y días después su familia confirmó que murió pacíficamente mientras dormía, producto de problemas respiratorios asociados a una enfermedad pulmonar. Su partida generó un profundo impacto en la escena musical del Reino Unido, especialmente en Manchester, ciudad inseparable de su legado.
Un último adiós en la Catedral de Manchester
El funeral se realizó en la Catedral de Manchester, donde amigos, colegas y admiradores se congregaron para rendir tributo al músico. Entre los asistentes destacaron nombres como Liam Gallagher, Ian Brown, John Squire, Reni, Bobby Gillespie, Paul Weller, Bez, Guy Garvey, Peter Hook, Tim Burgess y Paul “Bonehead” Arthurs, reflejando la influencia transversal de Mani en distintas generaciones y escenas musicales.
El mundo del deporte también estuvo presente. David Beckham y Gary Neville, referentes históricos del Manchester United, acudieron a la ceremonia, subrayando el impacto cultural que Mani tuvo más allá de la música, como símbolo de una ciudad y una época.
Fans y símbolos de una era
Decenas de fanáticos se reunieron en las calles del centro de Manchester para acompañar el cortejo fúnebre, muchos vestidos de negro o luciendo poleras, sudaderas y los clásicos sombreros de pescador asociados a la estética de The Stone Roses.
El ataúd fue trasladado desde la casa de Mani en Heaton Moor hasta la Catedral. Este, cubierto con la icónica portada del álbum debut de The Stone Roses, y adornado con arreglos florales que formaban las palabras “Mani” y “R Kid”, un guiño íntimo y cargado de afecto.
El mensaje de Ian Brown
Durante la ceremonia, Ian Brown, vocalista de The Stone Roses, dedicó unas palabras que resumieron el sentir colectivo. El músico expresó: “Mani era como un hermano para mí, un camarada musical. Un alma y un espíritu hermosos. Era capaz de reírse a carcajadas incluso en la oscuridad. Era el alma de cualquier lugar en el que estuviera”.
Así, Manchester despidió a un músico fundamental. Pero también a una figura irrepetible que ayudó a definir el sonido, la actitud y el espíritu de toda una generación.
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