En el umbral de su cumpleaños número 88, Anthony Hopkins compartió una reflexión íntima sobre sus 50 años de sobriedad.
El actor galés, ganador del Oscar, recordó la noche que marcó el final de su relación con el alcohol y cambió el rumbo de su vida personal y profesional.
A través de un video en su cuenta de Instagram, Hopkins explicó que hace exactamente medio siglo estuvo a punto de morir tras conducir bajo los efectos del alcohol.
"Hace 50 años hoy, casi muero por manejar mi auto en un apagón etílico. Así eran las cosas. Pero me di cuenta en ese momento que estaba divirtiéndome demasiado. Eso se llama alcoholismo", dijo.
El intérprete afirmó que desde entonces su vida cambió por completo. "La vida es mucho mejor", sostuvo, antes de invitar a quienes enfrentan problemas similares a "elegir la vida en vez de lo contrario".
Anthony Hopkins: una historia marcada por el alcohol y la pérdida
La relación de Hopkins con el alcohol atraviesa su historia personal, como detalla en sus memorias We Did Ok, Kid, de próxima publicación.
En el libro describe una infancia y adolescencia marcadas por el maltrato, la exclusión y la sensación constante de no encajar.
"Me llamaban Dennis el Tonto y uno de mis maestros me consideraba inepto", recuerda.
El alcohol formó parte de su entorno familiar y, con el tiempo, se convirtió en una constante en su vida adulta.
"El whisky era mi comida favorita", confiesa, señalando que justificaba el consumo siguiendo el ejemplo de actores a los que admiraba.
Durante su primer matrimonio con Petronella Barker, el consumo se intensificó y derivó en discusiones, depresión y distancia emocional.
Hopkins relata un episodio previo a la ruptura: "Nunca había sido violento, pero ese día sentí tal repulsión que temí por ella y por mí".
Tras la separación, perdió el vínculo con su hija Abigail.
"Es el hecho más triste de mi vida y mi mayor pesar”, admite, aunque reconoce que quedarse habría empeorado la situación. Su segunda relación, con Jennifer Lynton, también se quebró por el alcoholismo y sus ausencias constantes.
El día que eligió vivir
Uno de los episodios más alarmantes ocurrió cuando condujo ebrio desde Arizona hasta Beverly Hills sin recordar el trayecto.
"Pude haber matado a alguien, incluso a toda una familia", relata en el libro.
El punto de quiebre llegó el 29 de diciembre de 1975. Bajo un eucalipto, vivió lo que describe como una revelación: "Oí una voz que me preguntó: '¿Quieres vivir o morir?'. Respondí: 'Quiero vivir'. El deseo de beber desapareció. Eso fue a las 11 de la mañana".
Desde entonces, Hopkins no volvió a consumir alcohol y continúa asistiendo a reuniones de 12 pasos. En su mensaje más reciente fue claro: "Sin presumir, pedí ayuda y hace 50 años fue el final".
