El 11 de noviembre de 1995, The Smashing Pumpkins alcanzó el primer lugar del Billboard 200 con Mellon Collie and the Infinite Sadness. Este disco doble consolidó a la banda de Billy Corgan como una de las más influyentes del rock alternativo.
Con 28 canciones repartidas en dos horas de duración, el álbum se transformó en una declaración artística sobre la juventud, la angustia y la esperanza.
El proyecto, producido por Corgan junto a Flood y Alan Moulder, ofreció una sonoridad diversa. Esta oscilaba desde la furia grunge hasta pasajes orquestales y baladas introspectivas.
La bajista D'arcy Wretzky y el guitarrista James Iha asumieron un rol más protagónico que en trabajos anteriores. Esto dotó al disco de una textura más rica y expansiva.
El primer single, Bullet with Butterfly Wings, marcó el tono del álbum con su energía visceral y su icónica frase The world is a vampire.
Luego llegaron himnos generacionales como 1979, Tonight, Tonight, Zero y Thirty-Three, que se convirtieron en piezas esenciales del catálogo del grupo.
Éxito comercial, impacto cultural y siete nominaciones al Grammy
Mellon Collie and the Infinite Sadness vendió más de 9,8 millones de copias en Estados Unidos y obtuvo siete nominaciones a los Premios Grammy. Entre ellas se incluyó Álbum del Año.
En 1997, la RIAA certificó el disco como Diamante tras superar los 10 millones de unidades vendidas. Este logro estaba reservado a muy pocos artistas de la época.
La crítica lo recibió con entusiasmo. Time lo eligió como el mejor álbum de 1995. Asimismo, los lectores de Q Magazine lo votaron entre los 30 discos más importantes de la historia.
En 2003, Rolling Stone lo incluyó en su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos.
El trabajo se destacó no solo por su magnitud musical, sino también por su identidad visual. Desde su portada barroca hasta los videoclips cinematográficos que acompañaron sus sencillos, la banda construyó una estética que definió el espíritu de mediados de los 90.
El legado de un álbum generacional
Con Mellon Collie and the Infinite Sadness, The Smashing Pumpkins logró lo que pocas bandas alternativas de su generación alcanzaron. Unieron la ambición artística con el éxito masivo.
Para muchos, fue el punto culminante de la carrera de Billy Corgan y el disco que mejor capturó la sensibilidad de una década marcada por la melancolía y la rebeldía.
