Por Silvana Angelini
El día estaba para quedarse en la casa, nublado, frío y con lluvia, pero nada de esto fue impedimento para ver a una de las bandas más indies, estridentes, tristes y alegres al mismo tiempo del mundo. Yo La Tengo lleva más de 40 años haciendo música, y es la quinta vez que visitan Chile, ahora gracias al Festival Fauna Primavera.
El sideshow se realizó en el Parque de las Esculturas de Providencia a las 19 horas, junto a Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew, sus tres integrantes. Recientemente lanzaron su disco "This Stupid World" (2023), tienen una larga carrera musical y varios discos publicados en Matador Records, uno de los mejores sellos de música independiente.
Un lluvioso pero hermoso reencuentro
Hace once años que no visitaban nuestro país, ahora les tocó un sideshow en pleno noviembre con mucha lluvia y barro, la banda agradecía al público por haber ido y estar escuchándolos con el frío. En cada concierto, al igual que este, la mezcla varió entre canciones melancólicas (uno de sus fuertes) y sonido shoogaiser (más ruidoso). Yo La Tengo tiene más de 17 discos publicados, el primero, "Facebook" de 1989, hasta "This Stupid World" del 2023, recientemente lanzaron un disco en vivo que se llama "By The Evening We´ll Be Laughing" (Live New York ´92), título que es parte de la letra "By the Time It Gets Dark".
Los tres integrantes de la banda indie rock dieron un concierto con mucha energía, los tres integrantes de la banda llenaron el escenario con su presencia, se mantiene siempre la base de batería, guitarra, y bajo que se van turnando entre ellos (se suman teclados de vez en cuando), y la voz dulce de Georgia Hubley que se va mezclando con el vocalista Ira Kaplan.
Sonó la hermosa "Let´s Save Tony Orlando´s House", con la voz de Georgia, la apacible y romántica "One PM Again", y la nota más ruidosa estuvo con "Blue Line Swinger", con mucha guitarra al estilo "My Bloody Valentine", entre otras. Volvieron al escenario brevemente para cantar algunos covers que las personas podían elegir, sobre todos los de la primera fila (ya empapados por la lluvia), así sonó "Speeding Motorcycle" del gran Daniel Johnston, otro músico que sigue inspirando a la banda.
La clave de este concierto fue sin duda la manera natural que la banda pasa del ruido a la calma, de las guitaras estridentes a la melancolía. Yo La Tengo lleva al público a este tránsito sin esfuerzo. Ver a Yo La Tengo de nuevo, en un espacio más pequeño, con personas que siguen su carrera hace años, tararean las canciones, y son parte de su generación, es una experiencia acogedora, reconfortante, emocionante, rockera y melancólica, vivencia que, a pesar de la lluvia, deja el corazón lleno. Larga vida Yo La Tengo.
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