El Festival Fauna Primavera 2025 cerró su segunda jornada entregando dos imágenes en espejo. La intimidad escénica de Aurora y la épica sombría de Massive Attack. Dos formas de conmover que convirtieron el Parque Ciudad Empresarial en un epicentro de emoción y memoria.
El festival, celebrado el 7 y 8 de noviembre, ratificó su rol como cita ineludible del indie y la electrónica en Chile.
De la luz de Aurora
Aurora abrió como quien cuenta un cuento oscuro: “Churchyard” instaló un paisaje lúgubre que dominó el escenario, y “The River” navegó la nostalgia colectiva.
“Queendom” sonó como un grito de libertad y resiliencia que se pegó a la piel del público. En “Runaway” encontró el refugio emocional que muchos buscaban esa noche. Su set, preciso, teatral y casi cinematográfico, demostró por qué su propuesta es más que conciertos. Es experiencia.
A la oscuridad de Massive Attack
Pero fue Massive Attack quien confirmó su condición de headliner. La versión de “Black Milk” junto a Elizabeth Fraser fue un momento de magnitud única. Una fusión de voz y textura que dejó al público en silencio reverente, como si el tiempo se hubiese congelado.
“Inertia Creeps” llevó la oscuridad a extremos fascinantes, y “Risingson” y “Rockwrok” reafirmaron que sus himnos resisten eras y modas.
El cierre con “Teardrop”, sencillamente cinematográfico, dejó ojos brillantes y el pulso acelerado de una noche inolvidable.
Fuera del escenario, Fauna Primavera 2025 también vivió una decisión que marcó discurso. Por petición de Massive Attack, el festival restringió la venta de carne de vacuno durante la jornada, un gesto que abrió debate sobre música, consumo y responsabilidad ambiental.
Esa mezcla de espectáculo y postura convirtió la edición 2025 en algo más que un cartel. En una declaración.
