El legendario Billy Idol encendió el Movistar Arena de Santiago este 18 de noviembre con un concierto potente y lleno de nostalgia.
Desde las 21:00, exactamente a la hora señalada, el público vibró con una puesta en escena imponente que mezcló sus raíces punk con el esplendor del rock ochentero.
Durante casi dos horas de concierto, Idol y su banda recorrieron clásicos inolvidables. “Flesh For Fantasy”, “Eyes Without a Face”, “Blue Highway (Top Gun)”, “White Wedding”, “Mony Mony”, “Dancing With Myself”, y el emocionante cierre con "Rebel Yell".
Billy Idol Chile 2025: desde el primer compás, su energía fue contagiosa
Steve Stevens, su guitarrista histórico, regaló solos virtuosos y estruendosos, mientras que la iluminación y producción escénica alternaban entre minimalismo punk y flashes ochenteros, evocando los inicios de su carrera.
Billy Idol, vestido con su inconfundible chaqueta de cuero, se mostró cercano, bromeó con el público, agradeció por el recibimiento y aludió con emoción a su viaje musical desde la escena rebelde de los setenta hasta hoy.
Hubo momentos de intimidad
En “Eyes Without a Face”, la voz de Idol se suavizó, generando un instante casi susurrado, mientras que en “Rebel Yell” el público, con los brazos al aire, retribuyó con cánticos y saltos. Cuando llegó “Dancing With Myself”, la multitud se transformó en un mar de movimiento y adrenalina.
En definitiva, el concierto fue mucho más que un resumen de sus éxitos. Fue una celebración vibrante de su legado. Una conexión sincera entre un ícono del rock y sus seguidores. Y un recordatorio de por qué Billy Idol sigue siendo un referente imperdible en la escena musical.
