El 12 de noviembre de 1984, Madonna lanzó Like a Virgin, su segundo álbum de estudio, un disco que no solo marcó su salto definitivo al estrellato mundial, sino que también redefinió el concepto de estrella pop.
Con temas que hablaban de amor, sexualidad y empoderamiento femenino, el álbum combinó pop, dance y new wave, reflejando el espíritu irreverente de los 80.
Después del éxito de su debut homónimo en 1983, Madonna buscaba consolidar su carrera y asumir un mayor control creativo.
Aunque Warner Bros. no le permitió producir el disco por completo, la artista eligió a Nile Rodgers, conocido por su trabajo junto a David Bowie, como productor principal.
Rodgers convocó a sus compañeros de Chic, Bernard Edwards y Tony Thompson, para las sesiones en el Power Station Studio de Nueva York. El resultado fue un sonido pulido, moderno y contagioso.
El impacto cultural y musical de un álbum revolucionario
Like a Virgin no solo definió la identidad artística de Madonna, sino también la de toda una generación.
La portada, fotografiada por Steven Meisel, mostraba a la cantante en un vestido de novia con una mirada desafiante, una imagen que contrastaba con la inocencia del título y desató debate por su carga simbólica.
Madonna buscaba provocar, y lo logró: "El vínculo entre mi nombre religioso y el título era deliberado", declaró en una entrevista de la época.
El álbum alcanzó el número uno del Billboard 200 y encabezó las listas en países como Reino Unido, Alemania, España, Italia y Nueva Zelanda.
En Estados Unidos, la Recording Industry Association of America (RIAA) lo certificó con disco de diamante tras vender más de 10 millones de copias.
En total, se estima que Like a Virgin vendió entre 21 y 25 millones de ejemplares en todo el mundo, convirtiéndose en uno de los discos más vendidos de la historia.
Entre sus cinco singles, Like a Virgin, Material Girl e Into the Groove -incluida en la reedición del álbum un año después- se transformaron en éxitos globales.
Cada uno reflejó una faceta distinta de Madonna: la provocadora, la glamorosa y la festiva. Con The Virgin Tour (1985), la artista consolidó su reputación como una performer magnética y transgresora.
Madonna y el momento que definió su carrera
Pese a las críticas iniciales que subestimaron su talento, Like a Virgin demostró que Madonna no era una artista pasajera. Su estilo visual, su dominio escénico y su audacia temática marcaron un punto de inflexión en la música pop y la cultura popular.
El periodista y biógrafo J. Randy Taraborrelli lo resumió así: "Cada artista importante tiene un álbum que define su momento mágico; para Madonna, Like a Virgin fue ese momento decisivo".
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