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En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: experta advierte sobre las agresiones que permanecen ocultas

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado cada 25 de noviembre, expertos advierten sobre el caso

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La violencia hacia las mujeres continúa siendo una problemática global de enorme gravedad y con profundas raíces sociales. Las cifras más recientes de ONU Mujeres junto con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revelan un escenario estremecedor: solo en 2023, 51.100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas o familiares, lo que equivale a una muerte cada diez minutos.

Pero los homicidios representan apenas la parte más visible de un fenómeno que suele comenzar mucho antes. En esta nota, te contamos todos los detalles

La evidencia en los datos

De acuerdo con la psicóloga Viviana Tartakowsky, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins, gran parte de las agresiones previas se mantienen invisibles e incluso socialmente normalizadas. “La violencia no siempre se manifiesta en golpes. También aparece en el control emocional, en la manipulación económica, en el daño simbólico o en conductas sexuales abusivas. Todas estas formas deterioran la dignidad de la mujer simplemente por su condición de género”, explica.

Los datos internacionales respaldan esta alerta. Según ONU Mujeres, una de cada tres mujeres en el planeta ha experimentado algún tipo de violencia física o sexual a lo largo de su vida. Y hoy, las agresiones se expanden a escenarios como redes sociales, espacios laborales y entornos educativos. Para Tartakowsky, esta persistencia evidencia que la desigualdad estructural sigue profundamente arraigada. “Aunque se ha avanzado en derechos, estamos lejos de un escenario de igualdad. Los micromachismos continúan sosteniendo una cultura que minimiza y justifica el abuso”, subraya.

Educación y prevención: una tarea impostergable

La especialista recalca que las formas más frecuentes de violencia, la psicológica y la económica, suelen ser las que menos se reconocen. Ansiedad, depresión, aislamiento social e incluso pensamientos suicidas son algunas de las consecuencias emocionales más comunes. “Cuando hay hijos, el impacto también se traspasa. Ellos crecen en ambientes que pueden reproducir patrones violentos en el futuro”, advierte.

Ante este escenario, la experta insiste en la importancia de detectar señales tempranas: insultos, vigilancia del teléfono, control sobre amistades o decisiones cotidianas. “Nada de esto es amor. Son banderas rojas que pueden anticipar agresiones más graves. Por eso es fundamental no restarles importancia y buscar apoyo”, afirma.

Desde el ámbito académico, Tartakowsky sostiene que la erradicación de la violencia requiere un cambio cultural profundo: educación en igualdad desde la infancia, promoción de nuevas masculinidades y políticas que fomenten la corresponsabilidad tanto en el hogar como en los espacios laborales.

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora este 25 de noviembre, la psicóloga hace un llamado a todos los sectores , públicos, privados y comunitarios, a comprometerse activamente con la creación de entornos seguros. “La violencia no siempre se muestra abiertamente; muchas veces se esconde tras discursos de cariño o hábitos normalizados. Erradicarla exige revisar nuestras conductas y cuestionar aquello que hemos dado por hecho. La igualdad se construye todos los días”, concluye.


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