Un momento de sinceridad. En una reciente entrevista, el legendario músico David Byrne, líder de Talking Heads, abordó con honestidad las complejidades de vivir dentro del espectro autista.
El artista también explicó cómo la música se transformó en su vía para comprender mejor el mundo social que lo rodea.
Las reflexiones de David Byrne
En una íntima conversación con el periodista Louis Theroux, Byrne comentó que comenzó a sospechar que podía estar dentro del espectro en la década de los 90, cuando empezó a notar ciertos comportamientos y dificultades para interpretar señales sociales. “No lo sabía antes. Creo que fue en los noventa, cuando comenzaron a publicarse artículos sobre el espectro autista. Leí sobre ello y pensé: ‘Ah, sí, eso tiene sentido’”, relató Byrne.
Según explicó, su caso sería leve dentro del espectro: “Hay personas que no hablan o que tienen serios problemas de comunicación, pero también existen grados más sutiles. Algunos pueden concentrarse intensamente en una sola cosa, aunque se les haga difícil desenvolverse en lo social. Creo que hay una parte de mí que es así”.
El líder de Talking Heads reconoció que durante años tuvo dificultades para entender ciertos matices de las conversaciones. “A veces alguien decía que no, pero sin pronunciar la palabra. Esperaban que captara el gesto o la entonación… y yo no lo hacía. Con el tiempo, aprendí a notarlo mejor”, confesó.
El músico, sin embargo, destacó que la música fue clave en ese proceso de aprendizaje emocional. “Trabajar con otros músicos, tocar en vivo, colaborar en discos… todo eso es profundamente social. Esa interacción me ayudó a sentirme más cómodo con la gente”, señaló.
Byrne concluyó que su relación con la música no solo moldeó su carrera, sino también su forma de conectar con los demás. “Hacer música es una experiencia extática y transformadora. Me hizo ver que uno puede cambiar, crecer y adaptarse, incluso cuando ciertas cosas no vienen de manera natural”, reflexionó el artista de 72 años.
