Por qué George Clooney rechazó criar a sus hijos en Hollywood: la decisión que pocos conocían

George Clooney rompió su habitual silencio mediático para revelar los verdaderos motivos detrás de una decisión que muchos observaron con curiosidad. Por qué él y Amal Clooney optaron por no criar a sus mellizos en Hollywood. En una reveladora entrevista con Esquire, el actor confesó que desde el inicio estuvo “preocupado” por el efecto de la fama en la vida de sus hijos, por lo que eligió como hogar una granja en Francia.

Según Clooney, criar hijos en Los Ángeles implicaría exponerlos a comparaciones constantes, paparazzi y expectativas distorsionadas: “No quiero que anden preocupados por paparazzi. No quiero que sean comparados con otros hijos de famosos”, afirmó con contundencia. También sostuvo que, en Francia, “la gente no le da importancia a la fama”. Esto les permite a sus hijos llevar una infancia más serena, sin adicción tecnológica y con responsabilidades cotidianas como cenar con adultos o recoger los platos.

Una de las revelaciones más interesantes

Clooney ve como esencial inculcar autosuficiencia. Él mismo se encarga de arreglar objetos domésticos y reparaciones varias, desde la cafetera hasta la cubierta automática de la piscina, y pretende que sus hijos participen de esas tareas. “Es importante para mí que puedan sobrevivir”, señaló. Esta voz disiente de la figura de celebridad distante. El actor reaprende su vida de infancia rural en Kentucky para ofrecer a sus hijos una versión más humana de la paternidad, según consignó The Hollywood Reporter.

Clooney también bromeó sobre la diferencia generacional con sus hijos. Al tener ya 64 años, considera poco probable que sean comparados directamente con él, pues cuando hagan algo destacable él ya será “muy viejo”. Otro dato complementario: la pareja se mantiene rígida respecto a la exposición mediática de sus hijos. No tienen redes sociales, nunca han publicado sus rostros y Clooney ha pedido a los medios no publicar fotografías infantiles por razones de seguridad, dada la naturaleza del trabajo de Amal como abogada de casos delicados.

Este testimonio ofrece un contrapunto provocador al estilo tradicional de crianza en hogares de celebridades, al proponer que, incluso en el mundo del cine, es posible elegir lo discreto, lo cotidiano y lo humano. Clooney no se limita a lamentar los efectos de la fama, sino que actúa. Cambió continente, eligió un conteo distinto y redefine lo que significa “vivir con estrellas” desde la intimidad.