La cantante británica Lily Allen ha vuelto a la escena musical con un proyecto tan personal como provocador. Su nuevo álbum, "West End Girl", marca su primer lanzamiento en siete años y mezcla autoficción con vivencias reales, abordando temas como la pérdida, la autoestima y los desafíos emocionales tras una separación.
El disco, que vio la luz el 24 de octubre, ha generado un fuerte revuelo en redes y medios internacionales. En varias canciones, la artista de 40 años parece aludir a su ruptura con el actor David Harbour, conocido por su papel de Hopper en "Stranger Things" y quien le habría sido infiel.
Los dardos de Lily Allen contra David Harbour
Sin mencionar nombres de forma directa, la cantante deja ver, de manera sutil, referencias a infidelidades y tensiones dentro del matrimonio. En temas como "Madeline" y "Pussy Palace", se sugiere la existencia de secretos y límites rotos en la relación. Esto ha llevado a muchos a interpretar las letras como un relato velado de su experiencia con el actor de "Stranger Things".
En una reciente entrevista con la revista Perfect, la cantante habló abiertamente sobre su proceso personal tras el divorcio. “Volver a salir con alguien después de los 40 ha sido una gran decepción”, confesó. Además, agregó que las mujeres de su edad “no son vistas como deseables” y que este periodo ha sido emocionalmente difícil.
Allen también reconoció que su ruptura la llevó a enfrentar su dependencia emocional y problemas de autoestima, y que la terapia fue clave para reencontrar equilibrio. Su prioridad ahora, afirma, es cuidar de sí misma y de sus hijas, Marnie y Ethel, fruto de su matrimonio anterior con Sam Cooper.
Con "West End Girl", Allen canaliza la vulnerabilidad y la introspección en un trabajo que combina pop, ironía y confesiones sin filtro. Más allá de las interpretaciones sobre su vida privada, el álbum representa un renacimiento artístico y personal, y confirma que la artista sigue siendo una de las voces más sinceras y valientes del pop británico contemporáneo.
