Entre las más de cinco décadas de historia de los Rolling Stones, existe una canción que se mantiene como una rareza. Se trata de “Sweet Black Angel”, compuesta por Mick Jagger y Keith Richards e incluida en el legendario álbum Exile on Main St. (1972).
Esta pieza, que combina country-blues con influencias caribeñas, destaca por su sonido inusual dentro del repertorio del grupo y su carga política. Esto, ya que se escribió como homenaje a la activista Angela Davis, en un contexto marcado por la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
La única vez que se interpretó la canción
Pese a su relevancia simbólica, “Sweet Black Angel” solo se interpretó una única vez en vivo, el 24 de junio de 1972 en Fort Worth, Texas, durante la gira de promoción del disco. Después de aquella presentación, la canción desapareció de los escenarios para no volver jamás.
¿La razón? Según Keith Richards, la pieza nunca terminó de encajar con el espíritu de sus conciertos. “La tocamos en vivo solo una vez, y destacaba como un resfriado”, comentó el guitarrista, aludiendo al contraste entre el tono introspectivo del tema y la energía explosiva típica de los shows de la banda, según consigna ADN.
Aun así, el tiempo le ha otorgado un valor especial dentro de la discografía de los Stones. “Sweet Black Angel” es hoy considerada una joya escondida, una muestra del costado más comprometido y experimental del grupo, y un recordatorio de que no todas las grandes canciones están hechas para el escenario.
El tema sigue siendo, más de 50 años después, un símbolo del riesgo artístico y la conciencia social. Uno el cual los Rolling Stones supieron imprimir en su mejor época.
