Instagram anunció una nueva serie de restricciones para adolescentes, inspiradas en el sistema de clasificación cinematográfica PG-13.
La plataforma, propiedad de Meta, busca responder a las crecientes críticas. Estas críticas son por el impacto de sus algoritmos en la salud mental de los jóvenes y por la exposición de menores a material inapropiado.
El jefe de gestión de producto de Instagram, Max Eulenstein, explicó que estas medidas aplicarán a todas las cuentas marcadas como menores de 18 años.
De acuerdo con The New York Times, las imágenes y temas que aparecerán en los feeds o en las conversaciones con chatbots se limitarán a los estándares del cine PG-13. Esto incluye "lenguaje moderado y desnudos leves".
Los padres también podrán activar una configuración aún más estricta llamada "Contenido Limitado". Esta opción reducirá el rango de publicaciones visibles.
"Nuestra guía en la experiencia adolescente son los padres y lo que nos dicen que quieren para sus hijos, y eso nos llevó a desarrollar este estándar basado en la clasificación PG-13", afirmó Eulenstein.
Meta busca calmar las críticas tras los errores del pasado
El anuncio llega después de varios incidentes que dañaron la reputación de la empresa. En 2023, un error en el código de Instagram expuso contenido sexual explícito y violento en los feeds de casi todos los usuarios, incluidos menores.
Tras el escándalo, la compañía estableció que todas las cuentas adolescentes serían privadas por defecto y aplicó filtros para limitar material sensible.
Sin embargo, especialistas en tecnología y bienestar digital consideraron que los cambios eran insuficientes.
Algunos estados de EE.UU. incluso comenzaron a debatir leyes que restringen los acuerdos de uso entre menores y plataformas digitales.
En Florida, por ejemplo, un proyecto de ley que prohibía el acceso de niños a redes sociales fue bloqueado por los tribunales. Sin embargo, abrió un debate nacional sobre la regulación del contenido juvenil.
Una estrategia para adelantarse a la regulación
Con estas nuevas reglas, Meta intenta apaciguar tanto a los padres como a los legisladores que piden mayor control sobre los entornos digitales.
La compañía busca evitar una intervención legal directa. Este contexto es comparado por muchos con el de las tabacaleras en los años sesenta. Ese fue un momento en que las empresas prometían autorregularse mientras crecían las evidencias de daño a la salud pública.
Instagram confía en que las restricciones PG-13 y la posibilidad de mayor supervisión parental ayuden a reconstruir su imagen ante los usuarios y las autoridades.
Pero, según expertos, los nuevos filtros no abordan el principal problema. Este es la naturaleza adictiva del diseño de la aplicación y su reemplazo del contacto social real por el aislamiento digital.