Diane Keaton, la actriz que convirtió la torpeza entrañable en un estilo cinematográfico y en un fenómeno cultural, murió en California a los 79 años, confirmó la familia a la revista People. La noticia se conoció en la tarde del sábado y, por ahora, el entorno familiar pidió respeto y privacidad mientras se aclaran las circunstancias.
Más allá del solemne titular, la figura de Keaton merece ser leída en varias capas. Actriz dramática y cómica, musa y colaboradora de autores, icono de moda y creadora polifacética que trasladó al público una idea autónoma y mundana. Su carrera, que detonó con papeles clave en "El Padrino" y explotó en "Annie Hall" (por la que ganó el Oscar), dejó un legado de personajes completos y contagiosa humanidad.
La reinvención como marca personal
Si hay una constante en la trayectoria de Keaton fue la capacidad para reaparecer. De la joven de teatro en Hair a la estrella que impuso el traje masculino femenino en los setenta. Luego a la reverencia del cine independiente y, más tarde, a la figura querida de las comedias familiares como "Father of the Bridge".
No fue solo una intérprete
Fue una cuidadora, coleccionista de casas, fotógrafa aficionada y empresaria de estilo, que en las últimas décadas volcó su creatividad también fuera de las cámaras. Esa pluralidad la convirtió en un ejemplo de celebridad que envejeció públicamente sin renunciar a su voz.
Un vínculo profesional que marcó su biografía
Su relación artística con Woody Allen, desde Play It Again, Sam hasta Annie Hall y otros títulos, definió no solo su carrera sino parte del cine estadounidense de los setenta. Aunque la colaboración después despertó controversias públicas por su contexto, la huella artística es incuestionable. Keaton ayudó a dar forma a un arquetipo actoral y a una comicidad nerviosa que el público adoptó.
El lado menos contado: restauradora y narradora visual
En los últimos años Keaton se volcó a la fotografía, la edición de libros de interiores y la restauración de casas. Actividades que, más allá del hobby, funcionaron como extensión de su sensibilidad artística y una forma de narrar el tiempo. Fue una pionera en entender la celebridad como plataforma multidisciplinaria. No solo actriz, sino curadora de estética y memoria, según consignó People.
La muerte de Diane Keaton no solo señala la pérdida de una intérprete premiada. Es el cierre de una voz que hizo compatible la vulnerabilidad con la fuerza y que ofreció a generaciones un modo diferente de estar en cámara y fuera de ella. Su filmografía seguirá siendo estudiada por su mezcla de comedia, melancolía y autenticidad. La familia pidió privacidad. Mientras tanto, el mundo del cine reacciona con homenajes en redes y convocatorias a revisitar sus películas.
