La secuela "Black Phone 2" promete ir más allá del susto original. Su director, Scott Derrickson, adelanta que la película sube la apuesta en intensidad y gore, y que el tono general es más oscuro y visceral que el primer film. La estrategia tonal responde, según el equipo creativo, a que los protagonistas han crecido, de un “coming-of-age” de escuela media a un relato de instituto, y por tanto las reglas del horror cambian. Se requiere mayor crudeza para mantener el impacto.
Producida por Blumhouse y con Ethan Hawke de regreso como el siniestro “Grabber”, "Black Phone 2" sitúa a Finney (Mason Thames) y a su hermana Gwen (Madeleine McGraw) años después de los hechos de la primera entrega. El avance argumental, mostrado en los trailers oficiales, lleva a los hermanos a un campamento invernal donde antiguos traumas conviven con amenazas sobrenaturales y secuencias más explícitas de violencia que las vistas en 2022. La película tiene estreno programado en salas el 17 de octubre de 2025.
"Black Phone 2": novedades de la cinta
Los responsables creativos, Derrickson y el coguionista C. Robert Cargill, han contado además con el impulso del propio autor Joe Hill, cuyas ideas ampliaron el universo de la historia original. La producción se rodó en locaciones con nieve y bosques remotos. Un paisaje que, según reseñas tempranas, potencia la sensación de aislamiento y convierte el gore en un recurso narrativo que busca tanto provocar como explorar heridas psicológicas en los personajes.
La recepción inicial en festivales ha sido mayoritariamente positiva. Críticos destacan que "Black Phone 2" equilibra violencia gráfica con una emotividad sorprendente, y que, en algunos pasajes, supera al filme original en ambición visual y tonal. Aunque no faltan voces que advierten que el aumento de gore puede dividir al público. El marketing de la película (trailers y pósters) acentúa esa dualidad. Pesadilla estética y drama familiar, según consignó Deadline.
Para los fanáticos del horror, la secuela funciona como prueba de que las franquicias pueden escalar su violencia sin renunciar a la psicología de personajes. Para la industria, es un ejemplo de cómo Blumhouse rentabiliza una propiedad literaria que ahora entra en fase de franquicia con expectativas comerciales altas.
