En los últimos años, la palta hass peruana ha comenzado a ganar terreno en Chile. De hecho, cifras del Comité de Paltas indican que durante el primer semestre de 2025 nuestro país se ubicó como el tercer destino más importante para este fruto proveniente del Perú. Esto significa que muchos chilenos probablemente ya la han probado, incluso sin darse cuenta, al comprar en supermercados o ferias libres.
La pregunta es inevitable: ¿qué tan distintas son las paltas chilenas de las peruanas? Para despejar esa duda, el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile realizó un estudio de calidad sensorial y perfil descriptivo, cuyos resultados fueron rescatados por ADN. En esta nota, te contamos todos los detalles al respecto.
Las diferencias y similitudes
El análisis consideró tres muestras: una peruana (A), una chilena cultivada en la zona central (B) y otra del norte, específicamente de Ovalle (C). Ocho especialistas evaluaron aspectos como apariencia, color, aroma, sabor y textura.
Los resultados mostraron que tanto la palta peruana como la del norte chileno obtuvieron calificaciones “buenas” en la mayoría de los parámetros. Mientras que la de la zona central destacó con una evaluación “muy buena”. En números, la palta chilena central alcanzó un promedio de 8,2 puntos, frente al 7,7 que obtuvieron tanto la peruana como la nortina. Sin embargo, la conclusión central del estudio fue clara: no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre las tres muestras.
El agrónomo Ricardo Cautín, profesor de fruticultura en la Universidad Católica de Valparaíso, explicó que las características de la palta peruana varían según la zona de producción. Aquellas cultivadas en la costa suelen tener menos contenido de aceite. Mientras que las provenientes de la sierra, en regiones como Cusco, Ayacucho y Arequipa, se asemejan más a las chilenas. Ya que crecen en climas más fríos y frescos, lo que favorece la acumulación de aceite.
Cautín añadió que la calidad de las paltas peruanas ha mejorado con el tiempo. En el pasado, muchas veces llegaban a Chile frutas que eran consideradas descartes de exportación, lo que alimentó la percepción de que eran “aguachentas”. Hoy, en cambio, el estándar ha subido, y eso se refleja en la competencia más pareja con la producción nacional.
En definitiva, aunque los análisis confirman que la palta chilena del centro mantiene una leve ventaja en atributos sensoriales, las diferencias entre ambas no son tan marcadas como muchos creen, lo que explica por qué la fruta peruana se ha integrado con fuerza en el mercado local.
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