Tal como nos enseñaron en nuestros primeros años de educación, la cueca guarda un trasfondo de significancia animal en sus orígenes. Es decir, está basado en diferentes expresiones animales que cuentan quiénes somos como chilenos. Gallos, caballos, perros, vacas y hasta piojos aparecen en sus versos, transmitiendo sabiduría, humor y memoria colectiva.
La investigación “Bestiario de la cueca” revela cómo nuestro baile nacional funciona como un verdadero archivo de sabiduría popular, donde los animales son protagonistas de un lenguaje lleno de humor, metáforas y memoria colectiva.
Por eso, el filósofo, ligüista y humanista digital, Sebastián Caro, conversó junto a María Elena Dressel y Cata Muñoz en Nada Es Tan Grave.
Bestiario de la cueca
Sebastián Caro contó que para armar el Bestiario de Cuecas, "el año pasado contruimos un corpus con una enorme cantidad de letras de cuecas, recolectamos 1080 cuecas en papel que pasamos a digital para analizar las letras".
De aquí, "relevamos los temas más comunes de las cuecas que tienen que ver con la patria, el campo, etc. Buscamos patrones animales y nos dio un montón de referencias que a veces no nos damos cuenta".
Según lo que descubrieron, "las referencias animales atraviesan la historia de Chile. Los animales más recurrentes tienen que ver con el campo de Chile. Sorprendentemente poco de gato y ratón".
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