Un día como hoy, en 1980, la artista británica Kate Bush se convirtió en la primera mujer solista del Reino Unido en alcanzar el número 1 en las listas de álbumes británicas. Esto, con un disco completamente escrito y producido por ella misma: "Never for Ever".
A 45 años de ese logro, se sigue reconociendo su valor como un momento clave no solo en su carrera. Sino también en la historia de la música popular: un hito de creatividad, independencia y sensibilidad artística. Que rompió moldes y abrió camino a generaciones de mujeres compositoras y productoras.
Una voz que rompió techos de cristal
Con apenas 22 años, Kate Bush ya era reconocida por su estilo único: una mezcla de teatralidad, poesía y experimentación sonora que desafiaba los cánones del pop comercial. Con "Never for Ever", su tercer álbum de estudio, dio un paso decisivo al tomar control creativo absoluto: no solo compuso todas las canciones, sino que también co-produjo el disco junto a Jon Kelly.
La obra incluía canciones que hoy son de culto como “Army Dreamers”, “Babooshka” y “Breathing”. Donde se combinan temas profundamente emocionales con reflexiones sobre política, maternidad, muerte y lo femenino. Todo desde una perspectiva lírica y sonora absolutamente personal.
Una hazaña inédita (hasta entonces)
El 20 de septiembre de 1980, Never for Ever debutó en el #1 del ranking de álbumes del Reino Unido. Convirtiendo a Kate Bush en la primera artista femenina británica en lograrlo con un álbum propio. Hasta entonces, ninguna solista británica había llegado tan alto con una obra escrita y producida por ella misma.
Este fue, además, el primer disco de una artista femenina en entrar directamente al número 1 del UK Albums Chart, marcando un antes y un después en una industria que tradicionalmente había mantenido a las mujeres fuera del control creativo.
Vanguardista, incluso en la portada
La icónica carátula del álbum —con un torbellino de criaturas saliendo del vestido de Bush— representaba gráficamente lo que su música transmitía. Libertad creativa, imaginación sin límites y una mezcla de belleza, misterio e intensidad emocional que aún hoy resulta fascinante.
Never for Ever también fue uno de los primeros álbumes en Reino Unido en incorporar sintetizadores digitales y sampling, elementos que Kate Bush usaría con aún mayor profundidad en sus discos posteriores, como The Dreaming (1982) y Hounds of Love (1985).
Un legado que no envejece
A lo largo de las décadas, la influencia de Kate Bush ha crecido hasta convertirse en una de las figuras más respetadas de la música moderna. Artistas como Björk, Tori Amos, Florence Welch, St. Vincent, Lorde y muchas más han reconocido su impacto artístico y simbólico.
En 2022, su canción “Running Up That Hill” vivió un inesperado regreso al número uno. Esto, gracias a la serie Stranger Things, llevando su música a nuevas generaciones.
