Cada 23 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Perro Adoptado, una fecha que busca generar conciencia sobre el abandono de animales domésticos y resaltar la importancia de optar por la adopción en lugar de la compra.
Se trata de una jornada que recuerda que todos los animales merecen una segunda oportunidad y que tener una mascota implica asumir un compromiso de por vida. Y en esta nota, te dejamos algunos consejos para llevarte bien y educar a tu mascota.
Consejos de educación a un perro adoptado
Adoptar no solo significa abrir la puerta de tu casa a un perro o un gato, también supone brindarle amor, seguridad y paciencia. Muchos de estos animales provienen de refugios, perreras o protectoras, por lo que enfrentan un proceso de adaptación a un nuevo entorno que, aunque emocionante, también puede resultarles confuso y estresante.
En esos primeros días, lo fundamental es ofrecer un ambiente sereno y de confianza. Es probable que el perro se muestre inquieto, asustado o incluso reaccione de forma agresiva. Pero un espacio limpio y cómodo donde pueda descansar le ayudará a sentirse protegido.
Otro aspecto clave es evitar sobrecargarlo con órdenes. Un perro recién adoptado necesita tiempo antes de responder a la disciplina. Lo mejor es no recurrir a los gritos ni a castigos, sino permitir que se aclimate poco a poco y vaya descubriendo a su nueva familia.
La relación debe construirse con calma, dedicando momentos para observarlo y descubrir sus gustos, rutinas y temores. Cada perro es único: algunos son juguetones, otros más tranquilos o reservados. Al mismo tiempo, él también irá conociendo tus costumbres y horarios, lo que fortalecerá el vínculo mutuo. Por ejemplo, durante los primeros paseos conviene mantenerlo siempre con correa, ya que todavía no sabe cómo reaccionar ante otros animales o personas.
Celebrar el Día Mundial del Perro Adoptado es también un recordatorio de que adoptar es un acto de generosidad que transforma vidas. Al darle un hogar, el animal no solo encuentra compañía: también se convierte en un miembro valioso de la familia.
