En 1989, la carrera de Debbie Gibson estaba en pleno auge y la estaba dando a conocer ante nuevos públicos, incluida la familia real.
Tras varios sencillos que alcanzaron el top 5 y un éxito número 1, la cantante de «Only In My Dreams» fue invitada a actuar en el Prince's Trust Concert en Londres. El concierto, que apoyaba a la organización benéfica Prince's Trust, reunió a lo más granado del mundo del espectáculo. Los artistas también tuvieron la oportunidad de conocer a miembros de la familia real. En esta nota, te contamos todo sobre la reunión de Debbie Gibson con la recordada princesa Diana.
La reunión de Debbie Gibson con la princesa Diana
En sus nuevas memorias, "Eternally Electric: The Message In My Music", Gibson recuerda que no iba lo suficientemente elegante para conocer a la siempre glamurosa princesa Diana.
«Fue una velada tan surrealista, en la que le conté a la princesa cómo los productores habían vetado el vestido especial que quería llevar para mi momento de recepción porque querían que estuviera lista para abrir el espectáculo», escribe en el libro. «Insistieron en que llevara mi atuendo de actuación del vídeo, pantalones cortos vaqueros azules, un chaleco y un pañuelo en el pelo. Pero ella no pudo ser más amable».
«"Pareces mucho más cómodo que yo", se inclinó y me susurró», recuerda Gibson.
Poco después, la cantante de «Lost In Your Eyes», que entonces solo tenía 18 años, subió al escenario para interpretar "Electric Youth". Tras ser presentada por Sir Sean Connery.
«Es una de las artistas discográficas más importantes y exitosas de Estados Unidos», dijo el actor de James Bond en su presentación antes de que ella subiera al escenario.
Esa noche se convirtió en una que Gibson, ahora de 55 años, nunca olvidaría. Más tarde, su amiga convenció a un restaurante con música en vivo para que permaneciera abierto hasta tarde, un recuerdo que aún conserva con cariño.
«Hace unos años escribí una canción sobre ello titulada "The Band Plays On", porque fue un momento muy memorable en mi vida», relata en sus memorias.
«Esa dulce escena que comenzamos; en la que puedo descansar mi cabeza; la prueba de que el amor permanece mientras la banda sigue tocando».
