El 18 de agosto de 1986, Bon Jovi lanzó su tercer álbum de estudio, Slippery When Wet, un disco que no solo los catapultó a la fama mundial, sino que también redefinió el género del rock.
Con más de 28 millones de copias vendidas y ocho semanas consecutivas en el número uno del Billboard 200, este trabajo se convirtió en un verdadero fenómeno cultural.
Gran parte de su éxito se debe a la colaboración con el compositor Desmond Child, quien coescribió dos de los sencillos más icónicos del álbum: You Give Love a Bad Name y Livin' on a Prayer. Ambos temas se convirtieron en himnos instantáneos y llegaron a la cima de las listas.
Curiosamente, Livin' on a Prayer estuvo a punto de ser descartada. Jon Bon Jovi no estaba convencido de la primera versión, pero el guitarrista Richie Sambora insistió en incluirla y le añadió el distintivo sonido del Talk Box, un detalle que la convirtió en un éxito mundial.
El propio vocalista recordaría años más tarde: "No sonaba a nada… Pensé: Bueno, es diferente, pero ¿es una canción de rock? ¿somos nosotros?".
El tiempo dio la razón a Sambora y Child: la canción se convirtió en uno de los mayores himnos de la década.
Slippery When Wet: un álbum lleno de curiosidades y éxitos
La producción de Slippery When Wet también tuvo sus anécdotas. Originalmente, el álbum iba a llamarse Wanted, con una portada de temática wéstern. Incluso pensaron en usar el nombre de la entonces desconocida banda Guns N' Roses, que a Jon Bon Jovi le pareció "¡Qué buen nombre para un álbum!". Sin embargo, la idea fue descartada por una imagen más fuerte y atrevida.
La primera portada, con una modelo enjabonándose en una cabina de ducha, fue rechazada por las cadenas minoristas, ya que se consideró demasiado "sugestiva". La banda tuvo que idear una nueva portada de último minuto, con una bolsa de plástico negra sobre la que Jon Bon Jovi escribió el título.
Además de los dos singles que alcanzaron el número uno, el álbum nos dio el éxito Wanted Dead or Alive, que llegó al puesto siete. La revista Classic Rock lo catalogó como uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos. Asimismo, el Salón de la Fama del Rock and Roll lo incluyó en su lista de los 200 mejores discos de la historia.
