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La NASA busca respuestas al coral que nunca estuvo en el agua

En Marte, una roca con forma de coral, captada por Curiosity, revela indicios de agua y minerales que cambiaron su paisaje hace mucho tiempo.

Coral
Getty Images

En el silencioso cráter Gale, el equipo de la NASA detectó una extraña roca con formas ramificadas, parecidas a un coral. Sin embargo, esta estructura nunca estuvo en contacto con el océano, creando un enigma en medio del paisaje marciano.

El 24 de julio, Curiosity capturó una imagen en blanco y negro de una pequeña roca de 2,5 centímetros con formas ramificadas. Aunque parecen orgánicas, son resultado de procesos geológicos que ocurrieron hace miles de millones de años, en un Marte donde alguna vez hubo agua.

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Minerales arrastrados por el agua se habrían depositado en grietas de antiguas rocas, formando vetas sólidas. Con el paso del tiempo, el viento y la arena habrían erosionado el material más blando, dejando a la vista una estructura retorcida que recuerda a un arrecife imaginario.

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El singular “coral” se une a otras formas llamativas registradas por Curiosity, como “Paposo”, una roca de cinco centímetros con bordes únicos, o la diminuta figura en forma de flor vista en 2022. Todas, parte del catálogo de curiosidades que ofrece el paisaje marciano, según consignó Gizmodo

Desde 2012, el rover recorre con calma el cráter Gale, perforando rocas y estudiando su composición. Entre sus hallazgos hay formaciones y patrones químicos que apuntan a un Marte muy distinto al actual, quizá menos árido y con entornos más dinámicos en un pasado lejano.

En conjunto, estas formaciones singulares y paisajes tallados por el tiempo muestran que Marte esconde una historia compleja, escrita en roca y polvo. Cada imagen captada por Curiosity no solo revela nuevas formas, sino también la capacidad del planeta rojo de sorprender, incluso a millones de kilómetros de distancia.

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El rover obtiene energía de un generador termoeléctrico de plutonio, cuya producción se reduce con el tiempo. Para adaptarse, el equipo del JPL ha modificado su rutina de operaciones, permitiendo extender la continuidad de la misión.

La formación rocosa observada aporta pistas sobre un Marte primitivo con paisajes y procesos muy distintos a los actuales. Estructuras como "Paposo" ayudan a comprender mejor la evolución geológica del planeta y las fuerzas que moldearon su superficie.


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