Ex de Jeff Buckley revela que el músico sufría una "desgarradora" presión antes de su muerte

Jeff Buckley comenzó su carrera musical cargando con un peso: el legado de un padre al que nunca conoció.

En una reciente entrevista con la revista People, diferentes personajes cercanos al cantante comentaron sobre sus últimos años en vida. Una de estas fue su exnovia, quién reveló que el Jeff Buckley sufría una desgarradora presión antes de quitarse la vida. En esta nota, te contamos todos los detalles.

La presión de Jeff Buckley

«No quería que se le conociera como el hijo de Tim Buckley», afirma la directora Amy Berg, cuyo nuevo documental sobre el cantante de «Hallelujah», "It's Never Over, Jeff Buckley", ya está disponible.

Tim Buckley, un cantante folk experimental con un gran número de seguidores, abandonó a su hijo antes de que naciera y murió en 1975, cuando Jeff tenía 8 años. «Ese fantasma le perseguía», afirma Berg.

Cuando Buckley firmó un contrato multimillonario con Columbia Records, las expectativas eran aún mayores. «Era una presión enorme», afirma su exnovia, Rebecca Moore. «Para cualquier artista, un contrato discográfico importante supone una gran presión. Pero en su caso, además, tenía el peso añadido del legado de su padre, y se sentía presionado para hacer algo único».

Buckley estuvo en el punto de mira y con una agenda de giras implacable durante los años siguientes. Y entonces, comenzaron a crecer las expectativas por un segundo álbum. «Era desgarrador porque era abrumador para él», dice Moore sobre las exigencias que se le imponían. «Una vez me dijo: «Rebecca, ni siquiera puedo ducharme por la mañana». Creo que lo único en lo que podía concentrarse era en mantenerse en pie, acudir a las reuniones y cumplir con sus obligaciones».

La madre de Buckley, Mary Guibert, recuerda que Jeff le dijo una vez: «Quieren convertirme en un producto. Quieren que haga otro Grace». Pero, añade, «quería sorprender a la gente. Quería crear algo atrevido. Quería ser un Morrissey. No quería ser Michael Bolton».

La tarde del 29 de mayo, de camino a reunirse con sus compañeros de banda, se detuvo en la orilla de un afluente adyacente al Misisipi y, cantando al son de «Whole Lotta Love» de Led Zeppelin que sonaba en un equipo de música cercano, se adentró en el agua. La estela de un barco que pasaba por allí lo arrastró bajo el agua. Su cuerpo fue encontrado seis días después y la autopsia dictaminó que su muerte había sido accidental.