Argentina registró los primeros casos de la variante XFG del coronavirus, apodada popularmente "Frankenstein" por su origen híbrido, resultado de la combinación de dos cepas de ómicron. La detección fue confirmada por el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), publicado por el Ministerio de Salud del país trasandino. Esta nueva variante presenta un síntoma distintivo que los médicos comenzaron a reconocer como una señal temprana de la infección. Se trata de la ronquera o la pérdida temporal de la voz.
El virus se detectó en Brasil a mediados del mes pasado. Según el Instituto Oswaldo Cruz, la cepa se encontró en el 62% de las muestras analizadas en Río de Janeiro durante la primera semana de julio y ya se ha reportado en estados como São Paulo y Santa Catarina. Su aparición en Argentina, con tres muestras identificadas, se enmarca en una rápida expansión global.
Expansión en otros países
Un informe, citado por el diario argentino La Nación, detalla que la nueva variante se detectó en el 3.37% de las muestras analizadas entre marzo y julio en Argentina. Sin embargo, en el último periodo estudiado, entre las semanas 25 y 28, más de la mitad de los casos secuenciados correspondieron a XFG, un crecimiento similar al observado en otros lugares del mundo. En España, por ejemplo, los contagios se triplicaron en pocas semanas.
La infectóloga Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi), ofreció una perspectiva tranquilizadora. "No parece más contagiosa ni más letal para el pulmón". La especialista explicó que la nueva cepa "resultó de la combinación de dos variantes de ómicron que dieron esta cepa distinta".
Por el momento, XFG se considera únicamente "una variante bajo observación" por las autoridades sanitarias. Su expansión, que la llevó a pasar del 7% al 22% de los casos secuenciados en solo tres semanas a nivel global, recuerda a la de otros linajes como JN.1, que se propagó rápidamente sin provocar un aumento significativo de hospitalizaciones.
