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Papa León XIV genera polémica en el Vaticano: rompió el protocolo durante audiencia oficial

El papa León XIV causa polémica en el Vaticano al quitarse el solideo en público, sin embargo esto remite a una tradición que busca recuperar.

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Getty Images

El papa León XIV generó revuelo en el Vaticano al romper con siglos de tradición durante una audiencia con la Fundación Nacional Italoamericana. En un gesto inusual —y para algunos, controvertido—, el pontífice se quitó el solideo para colocarse una gorra con el logo de la organización, desatando una ola de comentarios divididos entre fieles, clérigos y observadores del Vaticano.

El solideo, pequeño casquete blanco de seda que se usa sobre la cabeza, es una prenda cargada de simbolismo. Su uso por parte del papa y otros eclesiásticos representa respeto a Dios, y su nombre proviene del latín “soli Deo”, que significa “solo a Dios”. Por eso, el hecho de que el papa León XIV se lo haya retirado en un acto público fue interpretado por algunos sectores como una falta al protocolo tradicional.

Un acto de cercanía con los fieles

Sin embargo, desde el entorno del Vaticano se apuraron en poner el gesto en contexto. Lejos de una ruptura total con la tradición, el papa León XIV habría retomado una costumbre ya olvidada: el intercambio del solideo con los fieles. Esta práctica la inició el papa Juan Pablo II y fue recuperada fugazmente por Francisco I. Este gesto, simbólico y cercano, ha vuelto a emocionar a los peregrinos en la Plaza de San Pedro bajo el actual pontificado.

Durante las audiencias, es habitual que algunos fieles lleven un solideo nuevo con la esperanza de intercambiarlo con el papa. Si el tamaño coincide, el pontífice se coloca el nuevo casquete y entrega el suyo como recuerdo. Aunque el reciente intercambio no se concretó, el papa León XIV demostró apertura y calidez al intentarlo.

Lejos de una controversia mayor, este gesto reafirma el espíritu de cercanía y humildad del actual pontífice, quien ha optado por mantener vivas tradiciones que refuerzan la conexión directa con los fieles. Uno de los solideos de Francisco I se conserva hoy en la Nunciatura Apostólica en Lima, símbolo del afecto hacia el pueblo peruano.


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