El 27 de junio de 1989, la banda estadounidense The B-52's lanzó Cosmic Thing, su quinto álbum de estudio y uno de los más celebrados de su carrera. El disco, que contiene los exitosos sencillos Love Shack y Roam, marcó un punto de inflexión para el grupo, consolidando su lugar en la música pop tras un período difícil.
Editado por Reprise Records, Cosmic Thing fue un éxito comercial rotundo: alcanzó el número uno en Australia y obtuvo cuatro discos de platino en Estados Unidos, reflejo de su fuerte impacto en el público. Para una banda que venía de la dolorosa pérdida de su guitarrista Ricky Wilson en 1985, este álbum representó mucho más que un logro artístico: fue una forma de reencontrarse con su esencia.
Cosmic Thing: un disco para bailar, sanar y seguir adelante
El sonido de Cosmic Thing capturó la energía vibrante y desprejuiciada de The B-52's con una producción a cargo de Don Was que dio nueva vida a su estilo. "Como banda, encontramos en Cosmic Thing nuestra voz más auténtica. Cada canción es una celebración de lo que somos y de lo que amamos hacer", dijo Fred Schneider en una entrevista.
Canciones como Love Shack se convirtieron en verdaderos himnos veraniegos, mientras que Roam ofreció una mirada más melódica y expansiva del grupo. La mezcla de new wave, pop y rock, sumada a las voces inconfundibles de Kate Pierson y Cindy Wilson, completan un álbum que sigue sonando fresco décadas después.
La cohesión del disco no se limita a sus éxitos radiales: Cosmic Thing funciona como una experiencia completa, con letras ingeniosas, guitarras brillantes y un mensaje de celebración que atraviesa cada tema.
Influencia más allá de los 80
A más de tres décadas de su lanzamiento, Cosmic Thing continúa influyendo en nuevas generaciones de músicos y sigue presente en la cultura pop gracias a su uso en películas, series y comerciales. Lejos de ser un simple revival, el álbum ayudó a redefinir el lugar de The B-52's en la historia del pop.
Fue también el trabajo que revitalizó una banda golpeada, demostrándoles a ellos mismos —y al mundo— que aún tenían mucho que ofrecer. Un disco que nació del dolor, pero que eligió celebrar.
