Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas y la humedad aumentan el riesgo de enfermedades en los perros, sobre todo respiratorias y dermatológicas. Aunque abrigarlos parece la solución más rápida, veterinarios advierten que el cuidado debe ser integral y adaptado a cada caso.
Uno de los cuadros más comunes en esta época es la traqueobronquitis infecciosa canina, conocida como "tos de las perreras". Esta inflamación del tracto respiratorio superior es especialmente frecuente en perros que asisten a guarderías, parques o residencias caninas.
"En Chile contamos con vacunas que refuerzan la defensa local de la mucosa respiratoria, evitando la entrada y proliferación de los patógenos desde el primer contacto", señala el veterinario Diego Pincheira, de Zoetis Chile.
La recomendación es vacunar a los cachorros desde las ocho semanas y reforzar anualmente en adultos. Pero la prevención no se limita solo a la inmunización.
Cuidado de la piel, articulaciones y abrigo adecuado
Las bajas temperaturas también pueden afectar la piel, especialmente en razas de pelo corto o sin subcapa como el chihuahua o el carlino. "Pueden sufrir xerosis cutánea por el frío, lo que favorece dermatitis y sobreinfecciones", explica Pincheira. En esos casos, se aconseja usar lociones hidratantes y, en presencia de infecciones, antibióticos de acción prolongada como Convenia.
El frío y la humedad también agravan los síntomas en perros con artrosis, aumentando la rigidez articular. Paseos suaves, camas térmicas y tratamientos antiinflamatorios como Rimadyl masticable pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de perros mayores o con lesiones previas.
Sobre el uso de ropa, los especialistas advierten que no todos los perros la necesitan. Razas con doble pelaje, como el husky o el golden retriever, tienen un sistema de aislamiento natural. En cambio, razas de pelo fino, como el galgo o el whippet, sí requieren abrigos ligeros. Lo importante es mantener el pelaje seco, ya que la humedad puede derivar en pérdida de calor y problemas cutáneos.
Nutrición, hidratación y desparasitación de mascotas
Durante el invierno también es recomendable ajustar la alimentación. Incrementar ligeramente las calorías o incorporar ácidos grasos esenciales ayuda a fortalecer la piel y el sistema inmune. Además, es clave evitar las corrientes de aire en los lugares de descanso y ofrecer siempre agua a temperatura ambiente.
Por último, no se debe descuidar la desparasitación. Tanto parásitos internos como externos siguen activos en ambientes cerrados o húmedos, como refugios y jardines. Un calendario antiparasitario adaptado a la edad y estilo de vida del perro es fundamental.
El invierno no tiene por qué ser sinónimo de malestar para las mascotas. Con una atención adecuada en vacunación, nutrición, higiene y abrigo, es posible prevenir enfermedades y mantener su bienestar durante toda la temporada.
