El 8 de mayo de 1979, The Cure lanzó Three Imaginary Boys, su primer álbum de estudio.
Con un sonido crudo, guitarras afiladas y letras que transitaban entre la angustia y la ironía, la banda británica ingresaba oficialmente en una escena musical aún dominada por el punk, aunque con una identidad que se escapaba de las etiquetas más rígidas.
El disco fue publicado por Fiction Records en el Reino Unido, e incluía el single 10:15 Saturday Night, editado un mes después.
Su energía post-punk fue bien recibida por la prensa especializada, pero para el propio Robert Smith, líder y vocalista de la banda, el álbum fue más un tropiezo inicial que un verdadero punto de partida. "Nunca lo consideré nuestro álbum debut. Seventeen Seconds es el verdadero comienzo", dijo años después, frustrado por el poco control que tuvo en el proceso creativo.
Three Imaginary Boys: control creativo, tensiones y una "bolsa de mierda"
La producción de Three Imaginary Boys estuvo marcada por decisiones que Smith no compartió. Entre ellas, la inclusión de Foxy Lady, una versión del clásico de Jimi Hendrix cantada por el bajista Michael Dempsey.
La canción, en realidad una prueba de sonido, se agregó sin el consentimiento de la banda. Tampoco se le consultó sobre la portada del disco, que muestra una lámpara, una nevera y una aspiradora sobre un fondo rosa. "Una bolsa de mierda", dijo Smith al enterarse del diseño impuesto por el sello.
Esa experiencia marcó un antes y un después. Desde entonces, exigió tener control absoluto sobre cada detalle de los discos de The Cure. Fue el primer paso de una obsesión que definiría su carrera.
Musicalmente, el álbum oscila entre la energía punk de Grinding Halt y 10:15 Saturday Night y piezas más melódicas como Fire in Cairo y So What, que ya insinúan el sonido melancólico que caracterizaría a la banda en sus trabajos posteriores.
Aunque Three Imaginary Boys no resultó un éxito de ventas inmediato, la crítica británica sí lo recibió bien. Algunos lo definieron como “una descarga existencialista en formato rock", un anticipo del lugar que The Cure ocuparía en el post-punk y más adelante en el gothic rock.
Giras, cambios de formación y la llegada de Boys Don't Cry
La banda, entonces compuesta por Robert Smith (voz, guitarra y teclados), Michael Dempsey (bajo) y Lol Tolhurst (batería), realizó varias giras para promocionar el álbum. Primero una serie de presentaciones previas al lanzamiento, luego una etapa sin título promocional tras la salida del disco, y finalmente una tercera gira junto a Siouxsie And The Banshees, llamada Join Hands Tour.
A fines de 1979, The Cure comenzó a tocar nuevos temas en vivo —como A Forest, Play For Today o Seventeen Seconds— en una gira titulada The Future Pastimes Tour. Ya sin Dempsey, reemplazado por Simon Gallup, y con una dirección musical más definida, la banda daba señales de su próximo salto.
En 1980, se editó en Estados Unidos Boys Don’t Cry, una versión modificada del álbum debut que incluía canciones de Three Imaginary Boys y nuevos sencillos. Ese disco sí logró abrirles las puertas del mercado estadounidense.
Un álbum esencial en la historia del post-punk
A pesar de sus errores de producción y el disgusto de su líder, Three Imaginary Boys se convirtió con el tiempo en un clásico de culto. Su sonido inacabado y su propuesta a medio camino entre la urgencia punk y la introspección oscura marcaron una fórmula que muchas bandas posteriores —como Joy Division, The Smiths o incluso Radiohead— tomarían como referencia.