En un escenario donde abundan las dietas extremas y suplementos para perder peso, una solución sencilla y respaldada por la ciencia gana terreno: comer una manzana al día, con su cáscara, puede activar la quema de grasa natural del cuerpo.
Así lo afirma el reconocido cardiólogo de la Universidad de Harvard, William Li, autor del bestseller Comer para sanar (Eat to Beat Disease) referente mundial en medicina alimentaria.
"La grasa marrón es metabólicamente activa: quema calorías para generar calor y mantener nuestra temperatura corporal estable. Y lo más interesante es que puede activarse con ciertos alimentos, como la manzana", señala Li.
A diferencia de la grasa blanca —la que se acumula en zonas como el abdomen o los muslos—, la grasa marrón actúa como un sistema de combustión interna. Se concentra en zonas como el cuello, los omóplatos y el pecho, y cuando se estimula, utiliza la grasa blanca como combustible, favoreciendo una pérdida de peso más sostenible.
El ácido ursólico, el compuesto clave en la cáscara de la manzana
El efecto quemagrasa de la manzana se atribuye al ácido ursólico, un compuesto natural presente principalmente en su piel. Investigaciones como la del profesor Christopher Adams en la Universidad de Iowa han demostrado que este ácido ayuda a reducir la obesidad, el hígado graso y la prediabetes en estudios con ratones. Los animales tratados con ácido ursólico comieron más, pero aumentaron menos de peso y presentaron mejoras metabólicas notables.
Por eso, Li insiste en consumir la fruta con cáscara —bien lavada— para aprovechar sus propiedades. Pero los beneficios no terminan ahí. Las manzanas también contienen:
- Quercetina, un antioxidante con efectos antiinflamatorios.
- Pectina, una fibra soluble que reduce el colesterol LDL.
- Polifenoles, que protegen los vasos sanguíneos y mejoran la circulación.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) respalda estos efectos, destacando que una dieta rica en fibra ayuda a mantener niveles normales de colesterol en sangre.
Para potenciar el efecto del ácido ursólico, el doctor Li recomienda hábitos complementarios como duchas frías. Asimismo, dormir en ambientes frescos (alrededor de 18 °C) y realizar ejercicio físico regular. También destaca el rol de otros alimentos como las verduras de hoja verde en este proceso.
"No se trata de soluciones mágicas", advierte.. "Pero la manzana es barata, accesible, natural y con beneficios científicamente comprobados. Es una fruta humilde, pero con un potencial extraordinario”.
En un entorno saturado de promesas rápidas para perder peso, incorporar una manzana diaria —con cáscara— puede ser una herramienta eficaz, fácil y saludable para mejorar tu metabolismo y cuidar el corazón.