
Este miércoles 28 de mayo se conmemora el Día Mundial del Perro Sin Raza, una fecha especial para destacar las virtudes de estos compañeros únicos, conocidos cariñosamente en Chile como "kiltros".
El término, proveniente del mapudungun "kiltrö", define a estos canes que, según el Registro Nacional de Mascotas, representan casi la mitad de los perros inscritos en el país, siendo verdaderos reyes de los hogares chilenos.
La diversidad genética de los perros mestizos no solo les otorga una apariencia singular. Sino que también conlleva beneficios en cuanto a su salud y vitalidad.
Según se recoge en el libro "Guía del Perro Mestizo Chileno", que incluye testimonios de expertos caninos, los "kiltros" chilenos a menudo presentan una menor incidencia de enfermedades hereditarias en comparación con algunas razas puras.
Además, se destaca su inteligencia superior y agilidad para aprender y adaptarse a diversos entornos.
Adoptar un perro sin raza no solo es un acto de amor que ayuda a combatir la sobrepoblación callejera. También significa sumar a la familia un amigo leal, respetuoso y lleno de energía.
Desparasitación: un acto de cuidado fundamental
Más allá del afecto y los juegos, el bienestar de cualquier perro, sin importar su linaje, requiere medidas preventivas esenciales. Y una de las más importantes es la desparasitación.
Parásitos internos, como lombrices intestinales, y externos, como pulgas, garrapatas y ácaros, pueden afectar a las mascotas durante sus paseos y desencadenar desde molestias digestivas y anemia hasta dermatitis crónica y zoonosis (enfermedades transmisibles a humanos).
"La clave está en anticiparse al problema", señala Diego Pincheira, veterinario de Zoetis Chile. El especialista subraya la importancia de un calendario preventivo. "Lo ideal es comenzar la desparasitación en las primeras semanas de vida —alrededor de las 2 o 3 semanas en cachorros—. Y repetirla de forma periódica según las indicaciones del profesional. De este modo, protegemos al animal de molestias y complicaciones mucho antes de que aparezcan los síntomas".
Este cuidado preventivo, según Pincheira, puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida del animal, evitando que problemas menores escalen a condiciones más serias y resguardando la salud de toda la familia. Al recibir a un perro en casa, es crucial coordinar con el médico veterinario un plan de desparasitación adecuado a su edad y estilo de vida.