
Hoy, 29 de mayo, se cumplen 28 años de la trágica y enigmática muerte de Jeff Buckley, el talentoso músico cuya voz etérea y profunda emotividad dejaron una huella imborrable en la historia de la música. Su partida prematura, a solo seis semanas de cumplir 31 años, conmocionó al mundo y dejó un legado de canciones que continúan resonando con fuerza.
Nacido el 17 de noviembre de 1966, Jeffrey Scott Buckley llevaba la música en la sangre. Hijo de la pianista clásica Mary Guibert y del reconocido cantautor Tim Buckley, el destino parecía haberlo preescrito para una carrera musical. Sin embargo, su infancia estuvo marcada por la ausencia de su padre, a quien solo conoció una vez, brevemente, a los ocho años. Dos meses después de ese encuentro, Tim Buckley falleció por una sobredosis, dejando a Jeff bajo el cuidado de su madre y padrastro.
A pesar de esta ausencia, el talento musical de Jeff era innegable. Tras años de incursionar en diversos géneros y asistir al Musicians Institute de Los Ángeles, un concierto tributo a su padre en Brooklyn se convirtió en un punto de inflexión. Allí, su actuación cautivó a la industria musical, llevándolo a firmar con Sony y a lanzar en 1994 su aclamado álbum debut, Grace.
El peso de la promesa y un final inesperado
Grace fue un éxito rotundo, y su interpretación de Hallelujah de Leonard Cohen se convirtió en un hito. Sin embargo, la presión de producir un segundo álbum a la altura de su debut comenzó a cobrarle factura. Amigos cercanos, como Nicholas Hill y Penny Arcade, atestiguaron su nerviosismo y la inmensa presión que sentía. "Quería ser tan bueno como mi padre", llegó a decir Jeff.
En medio de este proceso, Buckley se trasladó a Memphis, Tennessee, para trabajar en lo que sería su segundo álbum, provisionalmente titulado My Sweetheart the Drunk. La noche del 29 de mayo de 1997, mientras esperaba la llegada de su banda, su comportamiento era errático, según su mánager, Dave Lory. Acompañado de su roadie, Keith Foti, Jeff se adentró completamente vestido en el Wolf River Harbor, un afluente del río Mississippi, cantando Whole Lotta Love de Led Zeppelin. Un instante de distracción de Foti para mover un equipo de sonido fue suficiente: cuando volvió a mirar, Jeff había desaparecido.
Su cuerpo fue encontrado el 4 de junio por un pasajero en un barco fluvial. La autopsia oficial determinó una "muerte accidental por ahogamiento", sin presencia de drogas y con un bajo nivel de alcohol en su sistema. Se concluyó que el arrastre de la corriente y el peso de su ropa y botas lo habrían dificultado la salida. A pesar de las especulaciones sobre un posible suicidio o consumo de sustancias, su madre, Mary Guibert, ha insistido en que fue un trágico accidente, producto de la imprudencia de un hombre feliz en ese momento.
Un legado que perdura
La muerte de Jeff Buckley a los 30 años truncó una carrera prometedora. Sin embargo, su música y su voz inconfundible han trascendido el tiempo. Gracias al esfuerzo incansable de su madre para proteger su legado, se han lanzado álbumes póstumos como Sketches for My Sweetheart the Drunk.
Además, pronto se estrenará un documental llamado It's Never Over, Jeff Buckley que explora su vida y carrera a través de material inédito y archivos familiares.