Así fue el último discurso del Papa Francisco: un llamado urgente a la paz global

El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y uno de los líderes más carismáticos y progresistas de la Iglesia Católica, falleció este lunes a los 88 años tras una larga enfermedad. Su legado, centrado en los más pobres, la paz y la justicia social, quedó profundamente reflejado en su último mensaje de Pascua, pronunciado apenas un día antes de su muerte.

Desde la logia de la Basílica de San Pedro, visiblemente debilitado y convaleciente de una neumonía bilateral, el Papa Francisco saludó a los fieles el Domingo de Pascua. Aunque no pudo leer personalmente el mensaje, sus palabras, leídas por el Arzobispo Diego Ravelli, resonaron con fuerza. "Cristo ha resucitado. El amor ha triunfado sobre el odio, la luz sobre las tinieblas y la verdad sobre la mentira", lee su discurso.

Su última bendición Urbi et Orbi fue un llamado urgente a la paz global. Mencionó a Ucrania, Tierra Santa, Sudán, Sudán del Sur, Myanmar, Yemen y otras regiones marcadas por el sufrimiento, implorando a los líderes mundiales a abandonar la lógica del miedo y del armamentismo. "No puede haber paz sin libertad religiosa, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto a las opiniones ajenas... Tampoco es posible la paz sin un verdadero desarme", proclamó.

Pidió por la paz mundial y el desarme global

El Papa oró por el pueblo ucraniano, por la liberación de los rehenes en Gaza, y por las comunidades cristianas de Oriente Medio que "atraviesan una delicada transición". También pidió por los pueblos africanos, víctimas de la violencia, y por los cristianos que no pueden vivir su fe con libertad.

"No se ataca a objetivos, se ataca a personas", denunció, en una de las frases más conmovedoras de su discurso. Francisco instó a utilizar los recursos no para las armas, sino para combatir el hambre y promover el desarrollo.

Su reflexión final fue por los prisioneros de guerra y presos políticos, a quienes dedicó una súplica por su liberación. "Que el principio de humanidad nunca deje de ser el sello distintivo de nuestras acciones diarias", pidió.